Nos piden no pasar por alto lo que ocurrió ayer en el Congreso de Guanajuato, en donde el PAN necesitó del apoyo de legisladores de otros partidos para frenar la despenalización del aborto. Para aprobar el dictamen se necesitaban al menos 19 de 36 votos. El blanquiazul, que tiene 16, logró en días previos hacerse del respaldo de la única legisladora del PRD, María del Pilar Gómez Enríquez, pero le faltaba un voto para que el empate frenara la aprobación del dictamen. Y ayer, ese voto llegó. La diputada del PRI Rocío Cervantes se sumó al panismo y con eso la votación quedó 18-18, algo inédito en órganos legislativos. El comportamiento de la priista Cervantes hizo a muchos recordar el caso de Miguel Yunes Márquez, cuando su voto fue decisivo para que Morena lograra pasar la reforma judicial en el Senado. El dictamen será puesto a discusión nuevamente el próximo martes y, si persiste el empate, se irá al archivo. Así de valioso fue el voto de doña Rocío.

