En una ceremonia marcada por la marcialidad, el orgullo y la tradición, este viernes se graduaron 337 guardiamarinas de las generaciones 2020-2025 y 2021-2025 en la Heroica Escuela Naval Militar de Antón Lizardo, Veracruz.
El evento se realizó en el patio de honor de la institución, bajo un clima húmedo y ante la presencia de familiares, en un ambiente cargado de emoción. Encabezaron la ceremonia el secretario de Marina, almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles, y la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle García.
Con banda de guerra y orquesta, los 337 guardiamarinas graduados hicieron su aparición marchando en el circuito del campo detrás de un muro flanqueado por el lábaro patrio y los valores de la Marina Armada de México: honor, deber, lealtad y patriotismo; acompañados de un estruendoso aplauso de sus familiares.
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Tras llevar a cabo los honores correspondientes, el titular de la Secretaría de Marina e integrantes del presidium, entregó diversas condecoraciones a los cadetes más destacados de ambas generaciones.
Sin embargo, el momento culminante de la ceremonia llegó cuando a una representación de los cadetes el presidium entregó el sable y el anillo de graduación. Esa hoja no es un simple ornamento militar, sino la extensión del deber, del honor y del temple que debe guiar cada paso de quien viste el uniforme naval. El sable, de acuerdo con la tradición marina, representa la obligación de actuar con rectitud incluso en la adversidad, de servir a México con firmeza y sin titubeos, y de mantener viva la tradición de lealtad que distingue a la institución.
Raymundo Pedro Morales Ángeles, reconoció el esfuerzo y la formación de los nuevos guardiamarinas, a quienes calificó como “una promesa cumplida con la nación”. Aseguró que su preparación no solo es académica y táctica, sino también ética y humanista, y los exhortó a mantener firmes los valores de honor, deber, lealtad y patriotismo en su servicio a la patria.
En su mensaje, el titular de la Marina destacó el papel del Buque Escuela Cuauhtémoc como parte fundamental en la formación naval y como símbolo del espíritu institucional. Recordó con solemnidad el accidente reciente en el que perdieron la vida dos elementos durante un viaje de prácticas, y afirmó que la institución enfrentó ese hecho “con una herida que permanece como recordatorio de que no hay honor más grande que perder la vida por la patria”.
Subrayó que la seguridad continúa siendo el principal desafío que aqueja a las instituciones y a la ciudadanía: “La inseguridad de nuestro país sigue siendo el problema más importante”, dijo, al tiempo que reafirmó el compromiso de la Secretaría de Marina con la coordinación interinstitucional para atender las causas de fondo. Aseguró que los nuevos oficiales se integran a una Armada más integral, cuya labor principal sigue siendo la seguridad, pero también el apoyo al desarrollo nacional.
En ese contexto, explicó que las y los marinos deberán desempeñarse en mar, aire y tierra para garantizar la defensa del país, proteger los puertos y salvaguardar la vida humana en la mar. “Nuestra arma más poderosa es nuestra gente”, afirmó el almirante, y agregó que el reto será mantener la confianza que la sociedad ha depositado en la institución.
Finalmente, llamó a las y los egresados a ejercer su liderazgo con humildad, sensatez y responsabilidad. “El sable que hoy reciben no es un adorno, es símbolo de mando y compromiso. Representa la ética, la disciplina y el amor a México”, concluyó.
Con fanfarrias entonadas por la banda de guerra y la orquesta, además más aplausos de los padres, madres y amigos, parejas de los guardiamarinas culminó la ceremonia, en la que les desearon buena mar y mejores vientos en su nuevo destino que es la mar.
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FGR
