Vaya maroma la que se aventó el domingo el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, al poner la etiqueta de “clasistas” a quienes han criticado la cuestionable austeridad de las vacaciones en Japón del secretario de Organización de Morena, Andrés Manuel López Beltrán. El legislador del guinda desperdició la oportunidad de guardar silencio al preguntar: “¿Nos van a pasar la lista en qué hoteles podemos estar y en qué hoteles no?… alguien atrévase a hacer eso”. Noroña, viajero frecuente a destinos internacionales en clase premier, presumió que el reciente Consejo Nacional de Morena se realizó “en un hotel de lujo”, lo que seguramente hizo a más de un correligionario pensar: “No me ayudes, compadre”. Quizá Noroña no esperaba que un día después la crítica más fuerte por los viajes viniera de la Presidenta Claudia Sheinbaum, quien llamó a los integrantes de la 4T a ejercer el poder “con humildad”. Y, ante la contundencia, el silencio. Uf.

