En la última sesión de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), la ministra Loretta Ortiz Ahlf reconoció que ambas Salas del máximo tribunal han sido pilares fundamentales de la vida constitucional, por lo que su desaparición plantea retos institucionales.
“La desaparición de las Salas plantea retos institucionales, pero confío en que la nueva Corte sabrá afrontarlos. (...) Aquí se redefinió el papel de la justicia en México. Sus sentencias transformaron vidas, impactaron comunidades enteras, respaldaron las luchas de colectivos invisibilizados, dejando huella en generaciones futuras. Se concluye un ciclo, pero reafirmamos un legado”, destacó.
Al cerrar la sesión de este miércoles, donde los ministros revisaron 56 asuntos, Loretta Ortiz recordó que la nueva integración de la Suprema Corte desaparece ambas salas que habían venido operando desde hace 30 años.

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Primera Sala contribuyó a consolidar el Poder Judicial
Señaló que la Primera Sala contribuyó de manera decisiva durante sus más de tres décadas de existencia a consolidar un Poder Judicial más cercano a los derechos y a las personas, y reconoció como un reto la labor de la Corte sin la existencia de las Salas.
“Las distintas integraciones de esta sala demostraron que el pluralismo enriquece la jurisprudencia (...) Cada fallo reafirmó que juzgar con perspectiva de género, diversidad sexual, infancia, enfoque intercultural no es deferencia, sino un deber constitucional", añadió Ortiz Ahlf.
“Algunos nos retiramos la dignidad intacta”, afirma ministro Pardo Rebolledo
En su oportunidad, el ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo dijo retirarse con la dignidad y vocación intacta, tras casi 15 años de integrar la Sala, cuyas relevancia e independencia de las decisiones tomadas “están a la vista”.
“A pesar de los infundios y las calumnias, nos retiramos algunos de nosotros con la dignidad y la vocación intacta”Jorge Mario Pardo Rebolledo, ministro de la SCJN
Juan Luis González Alcántara destacó que durante muchos años “la maquinaria funcionó” con el trabajo invisible y visible de quienes laboraron en la institución, y particularmente para la Primera Sala, al tiempo que parafraseó a Gustavo Cerati, al expresar: “Gracias totales”.
“Quedarán, y espero que perduren, los ecos de las jurisprudencias que aquí emanaron. Vestigios de los primeros esfuerzos por consolidar en nuestro país exitosamente la defensa de los derechos humanos”, dijo.

La ministra Margarita Ríos Farjat agradeció el haber podido siempre intercambiar opiniones y resolver, privilegiando la responsabilidad en la resolución.
“Nadie en esta sala ha sido menos en la construcción de una mejor justicia para México (...) Lamento profundamente la desaparición de la Primera Sala, que lleva décadas siendo histórica. Pero confío en que su legado perdurará por siempre, y siempre a la más alta protección de los derechos humanos”, comentó.

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