Tras el encuentro entre los secretarios de Agricultura de México y Estados Unidos, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo confirmó que ambos gobiernos trabajan de manera coordinada en la instalación de una planta productora de moscas estériles en el estado de Chiapas, con el objetivo de controlar la plaga del gusano barrenador del ganado y así reactivar la exportación de reses mexicanas hacia el mercado estadounidense.
La plaga, provocada por la larva de la mosca Cochliomyia hominivorax, afecta a animales de sangre caliente al alimentarse de su tejido vivo, lo que genera graves pérdidas económicas al sector pecuario.
En mayo pasado, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos ordenó suspender temporalmente la importación de ganado vivo desde México, luego de detectarse casos de infestación en zonas fronterizas.

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De acuerdo con información de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), la planta se ubicará en el municipio de Metapa de Domínguez, Chiapas, y representará una inversión conjunta de 51 millones de dólares, de los cuales México aportará 30 millones y Estados Unidos 21 millones.
Se prevé que entre en operaciones en julio de 2026 y que produzca entre 60 y 100 millones de moscas estériles por semana, que serán liberadas en las zonas afectadas.
La técnica, conocida como el método del insecto estéril (SIT), consiste en criar moscas macho que son esterilizadas mediante radiación. Al liberarlas, se aparean con hembras silvestres, impidiendo la reproducción y reduciendo drásticamente la población de la plaga.
Este mismo método permitió erradicar al gusano barrenador en México y gran parte de Centroamérica durante los años noventa.
En declaraciones recientes, Sheinbaum calificó como “exagerada” la decisión de Estados Unidos de cerrar la frontera al ganado mexicano, aunque reconoció que el trabajo conjunto es indispensable para recuperar el estatus sanitario y la confianza comercial.
“Estamos actuando con responsabilidad, coordinados con nuestros socios y científicos, para erradicar de nuevo esta plaga”, afirmó.
El gobierno mexicano estima que, una vez en funcionamiento, la planta de Chiapas permitirá sustituir parcialmente la producción que actualmente se realiza en Panamá y fortalecerá la autonomía sanitaria del país.
Mientras tanto, los ganaderos permanecen a la espera de que los avances técnicos permitan levantar las restricciones a las exportaciones, un paso clave para estabilizar los precios y recuperar la competitividad del sector.
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MSL

