Peregrinación guadalupana

Peregrinos comparten historias de fe y gratitud a la Virgen de Guadalupe

Corredores, ciclistas y caminantes llegaron al Tepeyac con un mismo objetivo: agradecer a la Virgen de Guadalupe y renovar su fe

Peregrinos rumbo a la Basílica de Guadalupe
Peregrinos rumbo a la Basílica de Guadalupe Foto: Miroslava Gallegos

Con información de Miroslava Gallegos.

Entre cantos, caminatas interminables y promesas cumplidas, miles de peregrinos comenzaron a llegar a la Basílica de Guadalupe para celebrar a la Virgen Morena. Cada paso que dieron hacia el Tepeyac fue acompañado por motivos personales, agradecimientos profundos y mandas que, para muchos, se han vuelto tradición familiar.

La calzada de los Misterios se llenó desde temprano de grupos que avanzaban en relevos, ciclistas, corredores y devotos que hicieron jornadas de varias horas —e incluso días— para cumplir su promesa. En medio de ese flujo constante de fe, los peregrinos compartieron las historias que los trajeron hasta aquí.

De dónde vienen y por qué caminan: las historias detrás de la fe

“Tenemos 13 años viniendo en relevo; es por la fe y por la Virgencita”

Uno de los grupos más numerosos llegó desde Coronopala, municipio de Panardingango, donde más de 60 corredores emprendieron la ruta en relevos.

“Somos originarios de Cuacnopalan, municipio de de Plamar De bravo,Puebla, tenemos 13 años de que traemos la peregrinación en relevo. Nos nació por la fe que tenemos y por la Virgencita”, relató una de las integrantes, de 60 años, devota desde la juventud.

“La verdad le tengo mucha fe a la Virgen. Me ha aliviado de enfermedades y de problemas que tiene uno, y siempre he salido adelante con ella”.

El grupo salió a las 8:00 de la mañana tras una misa y llegó a la 1:00 de la madrugada del día siguiente. Pese al cansancio, regresan de inmediato para estar presentes en la coronación. “Mientras Dios me preste vida, voy a seguir viniendo. Y cuando ya no esté, mis hijos seguirán”, añadió.

Otro de los relatos “Vengo cargando porque para mí representa mucho” un peregrino que hizo un recorrido de un día y medio caminando, cargando el retrato de la Virgen en su espalda.

Destacó que para el venir a ver a la Virgen representa “Para mi es como venir a ver a la madre, a pedirle que cuide a mi familia, a mis amigos, a mi, principalmente en el trabajo, a cualquier lugar que voy”.

Peregrinos rumbo a la Basílica de Guadalupe
Peregrinos rumbo a la Basílica de Guadalupe ı Foto: Miroslava Gallegos

Por otro lado, el caso del señor Félix quien dijo “Venimos en agradecimiento a la virgen a regalar aguas; es nuestra manda desde hace cinco años”

Félix, de 59 años, llegó desde la alcaldía Iztacalco con una manda clara: regalar agua a los peregrinos, algo que hace con un pequeño grupo desde hace cinco años.

“Vengo en agradecimiento a la Virgen. Me ha dado mucha salud”, contó.

Cada año regresan con la misma misión. “Que lleguen con bien todos los peregrinos… que la Virgen nos cuide a todos”.

Así como lo es el caso del señor Genaro Guadalupe, de Puebla, llega a la Basílica de Guadalupe como parte de un grupo que corre en relevos. Hizo un aproximado de 17 horas y va a agradecer la vida que tiene.

Un mosaico de fe que se renueva cada año

Las historias de estos peregrinos reflejan la diversidad de motivos que impulsan a millones de mexicanos a acudir a la Basílica: agradecimiento, tradición familiar, salud recuperada, duelos que buscan consuelo y mandas que se cumplen con devoción.

Con cada paso, cada vela y cada imagen cargada al pecho, la fe guadalupana vuelve a unir a personas de todo el país en un mismo sentimiento: llegar ante la Virgen del Tepeyac para decirle gracias y pedirle que nunca los abandone.

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MSL

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