Criminales secuestran también a 4 personas

Indignación por asesinato de sacerdotes jesuitas en la Tarahumara

Condenan crimen de Javier Campos y Joaquín Mora, la Compañía de Jesús, CEM, ONU, Amnistía...; exigen justicia y recuperar cuerpos de religiosos sustraídos; curas fueron abatidos por ayudar a guía de turistas sacado de hotel y al que también mataron; culpan a El Chueco, capo que controla Urique; pide Monreal revisar estrategia

Misa por los jesuitas, ayer, en iglesia San Ignacio de Loyola, CDMX.
Misa por los jesuitas, ayer, en iglesia San Ignacio de Loyola, CDMX.Foto: AP
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Cerocahui, una localidad de la Sierra Tarahumara que apenas rebasa los mil habitantes, fue escenario de un multihomicidio que cobró la vida de dos sacerdotes jesuitas y de un guía turístico, así como del plagio de cuatro civiles, cuyo paradero se desconoce hasta el cierre de esta edición, al igual que el de los cuerpos de las víctimas mortales.

El Gobierno de Chihuahua apuntó que, la mañana del lunes, a través del 911 se recibió un reporte acerca de cuatro personas que fueron privadas de la libertad, las cuales fueron identificadas como Paul Osvaldo B., Armando B., una mujer cuyo nombre no fue señalado y un menor de edad. La denuncia fue ratificada ayer por familiares de las víctimas.

Tras entrevistar a testigos, se conoció que, después de las 13:00 horas del lunes 20 de junio, también fue plagiado Pedro Eliodoro Palma García, un guía de turistas.

Las primeras versiones señalan que el trabajador era perseguido por hombres armados que lo alcanzaron en un templo al que corrió para pedir auxilio y que fue asesinado junto a dos sacerdotes jesuitas que se encontraban en el lugar.

No obstante, las autoridades estatales relataron que, tras ser plagiado, Pedro Eliodoro fue llevado hasta ese recinto, en el que los misioneros jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar también fueron asesinados.

De acuerdo con el relato que ofreció un jesuita sobreviviente, Campos Morales y Mora Salazar le exigieron al presunto delincuente detener el ataque y, momentos después, fueron asesinados. Los atacantes se llevaron los cuerpos, a pesar de las súplicas del sacerdote sobreviviente, que pidió que los dejaran en el lugar, señaló la Compañía de Jesús en México.

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Los hechos, sin embargo, no corresponden con los mencionados en redes sociales por Ricardo Palma, quien se identificó como hijo del guía turístico y quien expuso, según información recibida por terceros, que los hombres que asesinaron a los sacerdotes luego irrumpieron en el Hotel Misión Cerocahui, donde secuestraron a un grupo de turistas y a su padre.

“En noticias nacionales no hacen ninguna mención del grupo de turistas ni de mi padre, quien ha trabajado como guía de turistas desde hace más de 40 años con inmenso amor a la Sierra Tarahumara”, escribió en Twitter.

Tras los hechos, la Fiscalía General de Chihuahua dio a conocer el despliegue de un operativo conjunto con la Agencia Estatal de Investigación, la Secretaría de Seguridad Pública, Guardia Nacional y Ejército Mexicano. Más tarde, la gobernadora María Eugenia Campos condenó el asesinato y aseguró que las investigaciones llegarán hasta sus últimas consecuencias.

“Quiero hacer un llamado a toda la sociedad, a las autoridades, a los políticos de todos los niveles y órdenes de gobierno, para trabajar y participar en la reconciliación y la construcción de la paz”, expresó.

Los sacerdotes Campos Morales, de 79 años, y Mora Salazar, de 80, tenían más de cinco décadas en la Compañía de Jesús y la mayor parte de su carrera sacerdotal la ejercieron en Chihuahua.

En esta región, el municipio de Urique cobra relevancia al situarse en la zona conocida como el Triángulo Dorado, que abarca Chihuahua, Durango y Sinaloa.

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Iglesia condena y clama justicia

La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) condenó el asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar ocurrido este lunes, al interior del templo de la comunidad de Cerocahui, en Chihuahua.

A través de un comunicado emitido por la Compañía de Jesús exigió justicia y la recuperación de los cuerpos, que fueron sustraídos por personas armadas: “condenamos estos hechos violentos, exigimos justicia y la recuperación de los cuerpos de nuestros hermanos que fueron sustraídos del templo por personas armadas”.

La CEM demandó que de manera inmediata se adopten todas las medidas de protección para salvaguardar la vida de los hermanos jesuitas, religiosas, laicos y de toda la comunidad, con el objetivo de que las autoridades brinden seguridad en la zona que consideran de riesgo.

La comunidad religiosa señaló que hechos como éste no es aislado, ya que en la Sierra Tarahumara, como en varias regiones del país, enfrenta condiciones de violencia y olvido que no han sido revertidas.

“Todos los días hombres y mujeres son privados arbitrariamente de la vida, como en este caso fueron los homicidios de los sacerdotes”, aseveró.

Dijo que al denunciar, también hacen notar el dolor de la gente por la ola de violencia en la que viven, ya que no hay empatía ni atención pública al tema de inseguridad.

En sus redes sociales, los jesuitas dieron a conocer que el padre Arturo Sosa, superior general de la Compañía de Jesús, hizo votos por que se frene la violencia.

“Estoy conmocionado y entristecido por esta noticia. Mis pensamientos y oraciones están con los jesuitas en Mexico y sus familias. Tenemos que detener la violencia en nuestro mundo y tanto sufrimiento innecesario”, señaló.

Federación condena el asesinato de los jesuitas

El Presidente Andrés Manuel López Obrador y el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, condenaron el homicidio de dos sacerdotes jesuitas en la sierra Tarahumara de Chihuahua.

Durante su conferencia mañanera, el mandatario explicó que ya se tiene información sobre el presunto responsable material del crimen, el cual está siendo buscado en la zona serrana de la Tarahumara, en Chihuahua.

De acuerdo con la información proporcionada al Ejecutivo, se estableció que la tarde del lunes un grupo criminal ingresó a una iglesia de la comunidad de Cerocahui, presuntamente persiguiendo a otro hombre, quien también fue asesinado, pero al salir a tratar de proteger a esta persona, los jesuitas fueron recibidos a balazos.

Tras perpetrar el ataque, los agresores se llevaron los cuerpos de los tres, sin que se tengan noticias de su paradero, por lo que López Obrador confirmó que ya se está peinando la zona para dar con los responsables.

Uno de los sacerdotes de la comunidad jesuita en la zona, identificado como Padre Pato, confirmó el deceso de los religiosos y acusó al presunto criminal conocido como El Chueco, de haber asesinado a sus compañeros.

Sin embargo, el Presidente no confirmó que se trate de un narcotraficante, hasta ahora dijo se está corroborando la información y para ello, ordenó que el gabinete de seguridad, encabezado por la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Rosa Icela Rodríguez, colaboren con las autoridades locales para el esclarecimiento del homicidio de Javier Campos y Joaquín Mora.

A través de un comunicado, la SSPC condenó los hechos ocurridos en la comunidad de Cerocahui, Chihuahua, y anunció que “ya está identificado el responsable de los crímenes y se continúa con la investigación para dar con su paradero y no permitir la impunidad”.

Marcelo Ebrard se sumó a las condenas por el homicidio de dos sacerdotes jesuitas en la comunidad de Cerocahui, en la sierra Tarahumara de Chihuahua.

El canciller destacó que este crimen agravia a la sociedad mexicana y compromete a las autoridades de todos los niveles a buscar la justicia.

“Condeno el asesinato de dos sacerdotes jesuitas en Cerocahui, Chihuahua. Javier Campo Morales y Joaquín Mora Salazar, ambos dedicados a hacer el bien y propagar su fe católica. A todos nos agravia y compromete a buscar la justicia”, escribió el canciller en redes sociales.

Instituciones educativas piden investigar el crimen

La Universidad Iberoamericana y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) lamentaron el asesinato de los jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, y exigieron justicia por dicho crimen ocurrido en Chihuahua, así como un alto a la violencia en el país.

A través de un comunicado, la Ibero expresó su pesar por los hechos: “Nuestra universidad, confiada a la Compañía de Jesús, condena la violencia de estos hechos; exige la recuperación de los cuerpos de nuestros hermanos, que fueron sustraídos de la iglesia por personas armadas, y demanda el esclarecimiento de lo ocurrido”.

El ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara, también se sumó a la exigencia de justicia por el crimen de los dos miembros de su comunidad y, sobre todo, urgió a la pronta recuperación de sus cuerpos.

En un mensaje en Twitter, acompañado de un comunicado de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús, reclamó que se recuperen, a la brevedad, los cuerpos de los dos jesuitas asesinados en Chihuahua.

“Exigimos justicia y seguridad por el asesinato de Javier Campos SJ y Joaquín Mora SJ en #Chihuahua. Urge la pronta recuperación de sus cuerpos. La violencia en México debe parar. Las universidades y colegios jesuitas mantenemos el compromiso de formar para la paz y reconciliación”, publicó.

Llaman al Congreso a revisar plan de seguridad

El presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado, Ricardo Monreal, condenó el asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Medina, sucedido en Chihuahua, y señaló que llegó el momento de revisar sin tabúes, ideologías, intereses partidistas y actitudes egoístas el plan de seguridad del Gobierno federal.

Al participar en el evento de la “Entrega del título de concesión al Congreso de la Unión de la señal XHHCU-TDT Canal 45 e inauguración de Radio Congreso”, expresó sus condolencias por la pérdida de vidas en el país.

“Quisiera aprovechar este importante evento para expresar nuestro pesar y nuestras condolencias por la pérdida de vidas en el país. Enviamos nuestro acompañamiento de dolor a la comunidad católica, de la que soy parte, por el cobarde asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos, conocido como El Padre Gallo; y César Joaquín Mora Salazar; tragedia que sucedió al interior del templo, en una comunidad, en un municipio, Cerocahui, Chihuahua”, manifestó.

Por ello, demandó al Gobierno y a las fiscalías aclarar “estos cobardes asesinatos, y de todos los que están ocurriendo en el país; y la detención de los responsables que están, por cierto, en este caso plenamente identificados”.

El también coordinador de la bancada de Morena en el Senado remarcó que ante la vorágine de violencia que prevalece en el país, desde el Congreso se tiene que revisar el plan de seguridad.

“Es una tristeza que estemos en esta vorágine de violencia en el país, que no haya sido detenida y que continuemos, después de varias décadas. de avanzar el crimen organizado en territorios completos de nuestro país.

“Es momento de reflexionar en el Congreso y de revisar, con toda seriedad, el plan de seguridad en el que los senadores tenemos la obligación constitucional de hacerlo”, puntualizó.

Suman 7 religiosos ultimados en lo que va de este Gobierno

Con el asesinato de dos sacerdotes jesuitas en Chihuahua suman siete presbíteros ultimados en lo que va de la actual administración federal, lo que sigue colocando a México como uno de los países más peligrosos de América Latina para el ejercicio sacerdotal, manifestó el padre Sergio Omar Sotelo, director del Centro Católico Multimedial (CCM).

En los últimos 32 años se han registrado en el país 81 crímenes contra sacerdotes y religiosos. De acuerdo con el “Reporte anual del 2021, situación de la Iglesia católica ante la violencia en México”, elaborado por el CCM, entre los homicidios, que suman 78, están los de un cardenal, 61 sacerdotes, un diácono, cuatro religiosos, nueve laicos y una periodista católica, además de dos sacerdotes desaparecidos. En este año se han documentado tres casos.

El lunes fueron ultimados los jesuitas Javier Campos, Joaquín César Mora y un civil identificado como Pedro Palma en el interior de la iglesia de Cerocahui, municipio serrano de Urique y la zona del Parque Nacional Barrancas del Cobre, en la Sierra Tarahumara en Chihuahua.

La Congregación General de la Compañía de Jesús es la orden religiosa más numerosa de la Iglesia católica. Según su página de Internet, hasta el 1 de enero de este año había 14 mil 439 jesuitas en el mundo, de los cuales 10 mil 432 son sacerdotes distribuidos en todo el mundo.

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Los reportes extraoficiales coincidían en que el ataque lo cometieron integrantes del grupo delictivo Gente Nueva, brazo armado del Cártel de Sinaloa, que dirige José Noriel Portillo, alias El Chueco.

Guillermo Gazanini, coordinador de la Unidad de Investigación del CCM, dijo a La Razón que estos acontecimientos son un factor de desestabilización social, ya que los presbíteros o líderes de comunidades son incómodos para los grupos de poder y estorban en su trabajo delincuencial.

“En el caso de los jesuitas, hasta donde sabemos fue una intermediación que tenían para salvar a una persona; se supone que por eso dieron la vida, para proteger a alguien que estaba siendo perseguido de un delincuente, en este caso supuestamente se le atribuye a Portillo”, explicó.

Destacó que en lo que va de este año han sido ultimados tres sacerdotes: los dos jesuitas que fallecieron este lunes y el 22 de mayo fue privado de la vida el clérigo de la Arquidiócesis de Tijuana, José Guadalupe Rivas, en Baja California.

También recordó que, en abril de este año, en Chihuahua, hubo un operativo de la Secretaría de Marina Armada de México y distintos grupos policiales para capturar a El Chueco; sin embargo, no lo lograron.

“Este hombre (Portillo), desde 1992 empezó a operar para el Cártel de Sinaloa… Trae una cola fuerte en cuanto a sus actos delictivos y es el principal responsable de la violencia en esa parte de la Sierra Tarahumara, al disputarse el territorio con el Cártel de Juárez”, mencionó.

Sergio Sotelo comentó que la violencia y el crimen organizado han crecido tanto en Chihuahua, como en Veracruz, Guerrero, Edomex, Michoacán y Tamaulipas.

“Los sacerdotes no están ajenos a esta realidad… Tanto el norte, centro, sureste son caldo de cultivo para que el crimen organizado haga de las suyas. Difícilmente encontramos territorios donde esto no se dé y, por desgracia, las diócesis y arquidiócesis han sufrido.

“Entonces, México —qué triste decirlo— es un caldo de cultivo para el crimen organizado que, en vez de debilitarse, ha encontrado rutas que lo fortalecen y, en muchos lugares, ha dado la batuta para generar narcoviolencia, narcopolítica, y narcoeconomía”, expuso.