Califican de “preocupante” que Sedena administre la GN

Preocupa a jesuitas que se “militarice” seguridad

La medida es contraria a diversos tratados de derechos humanos, además de confusa, afirman; en Cerocahui, 2 de los religiosos sobrevivientes al ataque son escoltados por militares

Jesuitas externan su preocupación por la militarización
Jesuitas externan su preocupación por la militarizaciónFoto: Especial.
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El Sistema Universitario Jesuita en México (SUJ), externó su preocupación por el traslado de la Guardia Nacional (GN) a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Esto, debido a la reforma en que la corporación quedará a cargo de la Sedena, que fue aprobada el sábado pasado por la Cámara de Diputados y turnado al Senado de la República para su análisis y eventual ratificación.

“La iniciativa es contraria a diversos tratados de derechos humanos ratificados por México y a la Constitución, que en su artículo 21 establece expresamente que la Guardia Nacional es una institución policial de carácter civil”, señaló el SUJ en un posicionamiento.

Destacó que los transitorios de la reforma constitucional por la que se creó la corporación, establecieron un plazo de cinco años para la salida de las Fuerzas Armadas de estas labores, al ser una actividad extraordinaria y subordinada al mando civil.

Los jesuitas calificaron como preocupante que la propuesta le otorgue a la Sedena el control administrativo, operativo y organizativo de la GN.

Mientras que la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) se encargaría de la elaboración de la Estrategia Nacional de Seguridad Pública, lo cual es confuso, porque su operación dependería de la Sedena.

El Sistema Universitario Jesuita resaltó que la propuesta de reformas también amplía las facultades del Presidente para disponer de la totalidad de las Fuerzas Armadas, sin establecer bajo qué circunstancias o momentos puede hacerlo.

Asimismo, incluye la exclusión de quienes formaban parte de la Policía Federal y prevé que la jerarquía de la GN deberá asemejarse a la de las Fuerzas Armadas.

La comunidad refirió que la capacitación, incluida la relativa a derechos humanos, que reciban integrantes de la GN será impartida por la Sedena y los integrantes de la primera tendrán fuero militar.

Indicó que estas dos atribuciones van en contra de las sentencias emitidas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en los casos Radilla Pacheco, Inés Fernández y Otros, Valentina Rosendo y Otra, y Alvarado Espinoza y Otros.

continúa el miedo. Casi dos meses después del asesinato de dos jesuitas mexicanos en la localidad de Cerocahui, Chihuahua, el miedo impera en el remoto poblado enclavado en la sierra Tarahumara, dominado por criminales y traficantes de droga y que otros religiosos se niegan a abandonar.

De acuerdo con la agencia AP, dos de los jesuitas que quedaron en la misión religiosa y sobrevivieron al ataque armado ocurrido el 20 de junio dentro de un templo en el estado de Chihuahua deben ahora salir a las calles escoltados por militares.

Los miembros de la congregación Javier Campos y Joaquín Mora, junto a un guía turístico, fueron presuntamente asesinados por José Portillo Gil, El Chueco, líder de una organización criminal que es buscado por las autoridades. A pesar de los asesinatos de Campos y Mora —quienes tenían más de cinco décadas en la sierra Tarahumara— la Compañía de Jesús descartó el cierre de su misión y acordó destinar un “maestrillo” (estudiante) a Cerocahui y tiene planeado enviar a otros dos sacerdotes, dijo en una entrevista con The Associated Press el jesuita Jorge González Candia, asesor de la congregación.

Con información de AP

lem.