El 31 de octubre de 1980 concluyó el Éxodo de Mariel, cuando más de 125 mil cubanos partieron del Puerto de Mariel, en Cuba, hacia Estados Unidos. Hoy, 35 años después, sigue vigente el deseo de los ciudadanos de salir de la isla.
El número de migrantes cubanos hacia la Unión Americana se disparó tras el anuncio de deshielo entre los dos países el 17 de diciembre de 2014, fenómeno atribuido principalmente a la incertidumbre sobre el futuro de la política migratoria estadounidense hacia la isla.
De acuerdo con un reporte del servicio de fronteras y aduanas estadounidense, 9 mil 371 migrantes cubanos ingresaron a territorio norteamericano en los tres primeros meses de este año, un aumento de 118 por ciento en relación al mismo periodo de 2014.
Además, desde 1966, la Ley de Ajuste Cubano ofrece facilidades de instalación en Estados Unidos a los migrantes cubanos, tengan o no visa, quienes pueden conseguir empleo y obtener la residencia permanente en un año.
Luego del anuncio del deshielo, Washington ha dejado claro que no está dispuesto a acabar con estos privilegios excepcionales.
“Hemos vuelto a ver las embarcaciones precarias, de menos de 20 pies (seis metros), con cinco personas, que llegan en muy malas condiciones” a Florida, dijo Francisco Figueroa, del Servicio Mundial de Iglesias, una ONG religiosa que ayuda a estos migrantes, a la cadena CNN.
El 13 de enero de 2013 el gobierno castrista implementó una reforma que eliminó el permiso de salida que los cubanos necesitaron durante décadas para viajar al extranjero.
Según cifras publicadas por el Departamento de Inmigración y Extranjería de Cuba, 184 mil 787 personas viajaron durante el 2013, especialmente hacia Estados Unidos y España.
Entre otros destinos preferidos están, en América Latina, Panamá, México, Ecuador; y Europa, Francia, Italia y Alemania.
Según un censo de 2010, 1.8 millones de cubanos residen actualmente en la Unión Americana.
EL ANHELO DE PARTIR. “El mito de la revolución cubana empieza a caer con el Mariel”, dijo al diario español El País Sebastián Arcos, director asociado del Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional de Florida.
Considerada la tercer oleada migratoria, el Éxodo de Mariel se originó durante un
incidente diplomático entre los gobiernos de La Habana y de Lima.
El 1 de abril de 1980, un grupo de cubanos estrelló un vehículo contra una valla de la embajada de Perú en La Habana para solicitar asilo.
Durante el evento, el oficial que custodiaba el recinto diplomático falleció cuando intentó evitar la entrada de los inconformes.
Posteriormente, el entonces presidente, Fidel Castro exigió a Perú la entrega de sus conciudadanos y amenazó con quitarle la protección a la delegación diplomática, algo que finalmente ocurrió.
Luego de las demandas del presidente cubano más de 10 mil cubanos irrumpieron en poco tiempo en la embajada peruana solicitando asilo.
Tras esto, mientras crecía la tensión diplomática, Castro anunció la apertura del puerto del Mariel para que pudiesen salir de la isla los que lo deseasen, con lo que el gran traslado de barcos desde Miami al puerto para reencontrarse con sus familiares y sacarlos del país caribeño.
Este éxodo duró siete meses, hasta que Estados Unidos, bajó la presidencia de Jimmy Carter, cerró la puerta por las repercusiones negativas que la crisis migratoria estaba teniendo en la política doméstica.
Antes de esta oleada migratoria, en 1978, cuando Castro indultó a más de 3 mil presos tras una negociación con el Gobierno estadounidense de Jimmy Carter.
“Hubo un flexibilización del régimen y a Cuba llegaron personas del exilio que estremecieron a las sociedad. La historia oficial decía que el exilio cubano en Estados Unidos hacía los trabajos sucios. Y es verdad que una parte trabajaba en hoteles, pero tenían más poder adquisitivo que un médico, un ingeniero o un profesor de universidad en Cuba. Traían productos y comida que en Cuba no existían. La sociedad comprendió que los habían engañado.
Ese reencuentro entre cubanos del exilio y los que residían en Cuba es el origen del Mariel”, insistió el académico Sebastián Arcos.
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El punto de partida es hoy zona de corrupción
En enero de 2014 Rousseff y Castro inauguraron un plan portuario de inversión; la administración de la isla admitió sobornos y desvíos
Redacción La Razón
Hace 35 años, unos 125 mil cubanos salieron del puerto Mariel, hacia Florida. Hoy ese punto de partida es un proyecto de infraestructura ligado a un escándalo de corrupción.
El proyecto portuario de Castro, financiado con recursos brasileños, está señalado por prácticas ilícitas y mal manejo de recursos.
“Los trabajadores y jefes han de identificar y eliminar deficiencias y conductas negativas existentes como la indisciplina, el desvío de recursos, el robo, el insuficiente control, la apatía, entre otros males que empañan la ética y la moral de los obreros del sector frente a inversionistas y clientes nacionales y extranjeros, provocando daños económicos al país, y al propio colectivo laboral”, destaca el documento introductorio publicado por el semanario de la isla El Artemiseño.
En el artículo titulado “Disciplina para impulsar una obra decisiva”, detalló que los directivos y colectivos laborales de la Empresa de Construcción y Montaje Mariel debaten sobre los lineamientos de aprovechamiento de la jornada laboral, rendimiento y productividad.
Los análisis deben contribuir al cumplimiento de los cronogramas de ejecución con la calidad que exige esta importante obra, añadió el reporte.
Según la página zedmartiel.com, creada para difundir los avances y las características de la obra, la Zona Especial de Desarrollo Mariel es un proyecto dirigido a fomentar el desarrollo económico sostenible de la nación, a través de la atracción de inversión extranjera, la innovación tecnológica y la concentración industrial, garantizando al mismo tiempo la protección del medio ambiente.
“Una torva de cemento (en) una ocasión se rompió, buscaron un aparatico de arrastrar tierra y echaron todo el cemento en el mar antes de que llegaran los inversionistas extranjeros”, relató el periodista independiente Moisés Leonardo Rodríguez, vecino de la zona, en el programa Cuba al Día, de Radio Martí.
De acuerdo con información del gobierno cubano, el muelle de la Terminal tiene una longitud de 702 metros equipado con cuatro grúas “súper post-panamax”.
Además, su patio fue construido para una capacidad máxima de operaciones de 822 mil contenedores al año.
Para la segunda etapa está previsto que Brasil aporte, además, una financiación de 290 millones de dólares. Además, la terminal de contenedores está administrada por la compañía PSA de Singapur.
Actualmente, el gobierno cubano analiza 23 proyectos de Europa, Asia y América para la inversión extranjera en diversos sectores económicos para su aprobación y establecimiento en la ZED de Mariel.