Si el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presumía hace tan sólo una semana de que su política hacia Corea del Norteestaba dando sus frutos, Kim Jong-un echó por tierra sus expectativas con el lanzamiento de un misil que sobrevoló Japón. El ensayo balístico la noche del lunes —el tercero que cruza el territorio japonés en las últimas dos décadas—, no sólo supone un desplante hacia la administración norteamericana, sino también una amenaza real para el país nipón que, pese a decidir no interceptar el proyectil, aconsejó a su población ponerse a resguardo.
Mientras el misil surcaba los cielos de la isla de Hokkaido —en el norte del archipiélago japonés—, los programas de la televisión pública interrumpían su emisión advirtiendo a la población del vuelo del proyectil sobre la nación al tiempo que varias líneas del tren bala eran detenidas temporalmente.
El dato:
Tokio dijo que no se habían registrado daños por el misil, que según la televisora nipona NHK se separó en tres partes.
“El escandaloso acto de disparar un misil sobre nuestro país es una amenaza sin precedentes, seria y grave, y que daña gravemente la paz y la seguridad regionales”, aseguró a los periodistas en Tokio el primer ministro japonés, Shinzo Abe.
El mandatario, que mantuvo una conversación telefónica con Trump en la que coincidieron en aumentar la presión contra el régimen comunista, coincidía en “que Corea del Norte presenta una grave y creciente amenaza directa a EU, Japón y la República de Corea, además de a todos los países del mundo”, informó Reuters.
Trump dijo que “todas las opciones están sobre la mesa” y añadió que “el mundo recibió alto y claro el reciente mensaje de Corea del Norte: este régimen ha mostrado su desprecio por sus vecinos, por todos los miembros de Naciones Unidas y por normas mínimas de comportamiento internacional aceptable”, señaló en un comunicado.
Trump transmitió a Abe “su fuerte compromiso de estar al cien por cien con Japón”, según el líder nipón, que también señaló su intención de “trabajar con China, Rusia y el resto de la comunidad internacional para intensificar la presión” sobre el régimen norcoreano.
Abe también afirmó que Japón “llamará firmemente a aumentar la presión sobre Corea del Norte en cooperación con la comunidad internacional”, a través del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que convocó una reunión de urgencia en Nueva York con el fin de discutir los pasos que hay que seguir para castigar esta última provocación norcoreana que eleva aún más la tensión que se vive en la región.
El misil, disparado desde las proximidades de la capital norcoreana, es el primero desde 2009 que ha sobrevolado Japón. En esa línea, varios analistas advirtieron que el proyectil podría ser del mismo tipo que Pyongyang había amenazado con lanzar este mismo mes hacia el territorio americano de Guam, en el Pacífico, después de que Trump y Kim Jong-un se enzarzaran en una fuerte batalla verbal.
Dicha escalada dialéctica terminó cuando Pyongyang, alegando precisamente la grave tensión existente en la península, decidió “observar un poco más” los movimientos de Estados Unidos antes de dar ningún otro paso. Tras ese movimiento, la Administración americana se jactó de cómo sus políticas surtían efecto, e incluso el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, manifestó su optimismo por ver también cómo el régimen de Pyongyang demostraba un “cierto nivel de moderación” inédito hasta la fecha.
El proyectil no fue amenaza: Pentágono
El Pentágono del Departamento de Defensa detectó el lanzamiento del misil y confirmó que voló sobre Japón, como detallaban informes nipones de seguridad.
El coronel Rob Manning, director de Prensa del Departamento de Defensa, afirmó que analizan los detalles del misil.
Japón acordó además de dar información que tenga al Pentágono, reporta el vocero a ABC News.
“El Comando de Defensa Aeroespacial de Defensa de América del Norte (NORAD) determinó que el misil lanzado desde Corea del Norte no representó ninguna amenaza para América del Norte”, aseguró.
El jefe de gabinete de Japón, Yoshihide Suga, comentó que cayó en el océano y que “parece que nada tocó el suelo japonés”.
