A raíz de la condición médica del Papa Francisco, quien se encuentra hospitalizado por neumonía bilateral en el policlínico de Gemelli, desde el pasado 14 de febrero se ha vuelto hablar de la carta de renuncia escrita y firmada por Jorge Mario Bergoglio.
Tras la renuncia de Benedicto XVI, el 28 de febrero de 2013, y al comienzo de su pontificado, Francisco ya había firmado su renuncia en caso de alguna enfermedad o impedimento que entorpeciera sus decisiones como cabeza de la Iglesia Católica.

En una entrevista con el diario español ABC, el Papa Francisco reveló que desde 2013 firmó y entregó su renuncia al entonces Secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone.
“Yo ya he firmado mi renuncia. Era Tarcisio Bertone el secretario de Estado. Yo la firmé y le dije: ‘En caso de impedimento por cuestiones médicas o qué sé yo, acá está mi renuncia. Ya la tienen’. No sé a quién se la habrá dado el cardenal Bertone, pero se la di cuando era secretario de Estado”, respondió al ser cuestionado qué sucede si un pontífice queda repentinamente impedido por problemas de salud o algún accidente.
¿Qué haría el Papa Francisco en caso de renunciar?
En ese momento, Bergoglio tenía dificultades para caminar debido a un dolor en la rodilla, y ante la incertidumbre por su estado de salud, respondió: “Se gobierna con la cabeza, no con la rodilla”.
En julio de 2022, en otra entrevista con Televisa Univision, el Papa Francisco mencionó que en caso de una eventual renuncia al pontificado no se llamaría “Papa emérito” ni vestiría la sotana blanca; tampoco viviría en el Vaticano ni regresaría a su natal Argentina. Sería, dijo, un “obispo emérito de Roma” y que quizás iría a la Basílica de San Juan de Letrán, al sureste de la Santa Sede en Roma, Italia.
La dimisión al cargo de Sumo Pontífice está prevista en el Código de Derecho Canónico. El canon 332, párrafo 2, establece que la renuncia debe ser libre y manifestarse formalmente, que, en la práctica, es como decir “por escrito”, como menciona la Universidad Pontificia Comillas.
En tanto este 19 de febrero la Santa Sede informó que la salud del Sumo Pontífice es estable. En su quinto día hospitalizado, desayunó, leyó los periódicos y por la tarde recibió la visita de la Primera Ministra de Italia, Giorgia Meloni, con quien pasó 20 minutos en privado.
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