En medio de la tensión por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, Ford Motor anunció la suspensión de los envíos de sus SUV, camionetas y automóviles deportivos al gigante asiático, esto a raíz de los aranceles del presidente Donald Trump, informó el Wall Street Journal ayer, citando a personas familiarizadas con el asunto.
La compañía detuvo esta semana los envíos a China de sus F-150 Raptors, Mustangs y Bronco SUV fabricados en Michigan, así como de los Lincoln Navigators fabricados en Kentucky, según el informe dado a conocer al prestigiado medio por una fuente cercana a directivos de la automotriz.
Los aranceles de represalia de China en respuesta a los impuestos de importación de Estados Unidos han hecho que estos vehículos se enfrenten a un gravamen de hasta el 150 por ciento, medida que afecta directamente a los consumidores finales.
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Sin embargo, la automotriz estadounidense no es la única víctima colateral de toda esta guerra impulsada desde Washington por el mandatario republicano, pues Volvo, la firma de origen sueco también hizo anuncios poco alentadores al respecto.
Volvo Group detalló que planea despedir a un promedio de 800 trabajadores en tres plantas de Estados Unidos en los próximos tres meses debido a la incertidumbre del mercado y las preocupaciones sobre la demanda ante los aranceles del presidente Donald Trump, señaló un portavoz de la empresa.
La filial en Estados Unidos expresó, a través de un comunicado, que la medida ya se informó a los empleados, quienes ahora se encuentran en incertidumbre debido al recorte de entre 550 y 800 personas en su planta de Mack Trucks en Pensilvania, y en dos instalaciones de Volvo Group en Virginia y Maryland.
La empresa, parte de la sueca AB Volvo, emplea a casi 20 mil personas en Estados Unidos, de acuerdo con información de su página web.
Los despidos de Volvo Group son otra respuesta de una industria que se tambalea por los aranceles del republicano a determinadas piezas, lo que previsiblemente aumentará el costo de fabricación de los vehículos, concluyen líderes del sector.
“Los pedidos de camiones pesados siguen viéndose afectados negativamente por la incertidumbre del mercado sobre las tarifas de flete y la demanda, los posibles cambios regulatorios y el impacto de los aranceles”, dijo un portavoz de Volvo Group North America en un comunicado.
Volkswagen cede. En lo que expertos ven como una maniobra para evitar afectaciones, la marca alemana está negociando un posible acuerdo con la administración del presidente Donald Trump por los nuevos aranceles a la importación de automóviles en Estados Unidos, por lo que se podría alinear a los requerimientos del republicano trasladando la producción de la marca Audi a territorio estadounidense.
En una entrevista con el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ), el director general del grupo, Oliver Blume, dijo que una posibilidad es que la producción de la marca Audi se lleve a cabo en Estados Unidos.
“Tenemos una estrategia de futuro con planteamientos de proyectos emocionantes, personalizados y atractivos para el mercado estadounidense. Lo estamos poniendo en la balanza. Actualmente se están manteniendo conversaciones constructivas con el gobierno”, dijo.
...Mientras Trump ve si quita a Powell de la Fed
El asesor económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett, reveló que el presidente Donald Trump y su equipo siguen estudiando si pueden despedir al presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, un asunto que tendría grandes consecuencias para la independencia del banco central y para los mercados globales.
“El presidente y su equipo seguirán estudiando ese asunto”, dijo Hassett cuando un periodista le preguntó si “despedir a Jay Powell es una opción de una forma en que antes no lo era”.
Los comentarios de Hassett siguen a otros de Trump, que apenas el jueves ahondó en una larga disputa con el presidente de la Fed, acusando a Powell de “actuar políticamente” al no recortar las tasas de interés y afirmando que tenía el poder de sacarlo del puesto “ de una forma muy rápida”.
Trump redobló sus críticas a Powell ayer: “Si tuviéramos un presidente de la Fed que entendiera lo que está haciendo, las tasas de interés estarían bajando. Él debería bajarlas”, dijo en conferencia desde el Despacho Oval.
El jefe de la Fed, por su parte, ha dicho que la ley no permite su destitución y que no se iría si Trump se lo pidiera, porque tiene la intención de cumplir su mandato hasta mayo de 2026. Powell también dijo esta semana que no cree que el caso actual en apelación en la Corte Suprema se aplique de forma definitiva a la Reserva Federal.
Powell, nombrado por primera vez para la Fed por Barack Obama, fue elevado a presidente por Trump durante su primera administración; sin embargo, el mandatario republicano pronto se enfadó con él por subir las tasas de interés. El presidente exhibió a Powell en público y a partir de ahí surgió la posibilidad de intentar despedirle, pero nunca lo hizo.
El asunto ha vuelto a surgir en la última semana, luego de que Powell y otros funcionarios de la Fed dijeron que los agresivos aranceles de Trump podrían ponerles en un aprieto con la posibilidad de que aceleren la inflación y perjudiquen el crecimiento económico y el mercado laboral.