Saúl Arellano es nacido en Estados Unidos; sin embargo, su madre, como cerca de 300 mil michoacanos radicados en Illinois, son de origen michoacano. Ayer, el abogado migrante dijo sentirse feliz por la elección de Robert Prevost como nuevo Papa.

“Nosotros nos sentimos cercanos al Papa y tenemos fe en que él logre un diálogo con el Presidente Donald Trump y sus reformas migratorias; han sido meses duros para los migrantes, él es originario de este país, bien sabe cuáles son los conflictos de la comunidad migrante, él ha estado cerca de la migración, esta ciudad donde nació es de migrantes, creemos que él puede ser cercano a lograr mejoras en derechos humanos”, dijo.
- El Tip: Según el Censo de Religión de EU, realizado cada 10 años, hasta 2020 había 61.9 millones de católicos en esa nación.

En plática con La Razón, Saúl recordó que en Illinois radican más de 300 mil michoacanos, la gran mayoría en Chicago, quienes profesan la religión católica. Los integrantes de esta comunidad acuden con alguna frecuencia a la Arquidiócesis, a la Catedral del Santo Nombre de Jesús, en donde existió un importante contacto con el obispo Robert Prevost, ahora sucesor del papa Francisco.

Añadió que las comunidades migrantes de católicos ven la llegada del nuevo Papa “como una esperanza para todos ellos”, gracias a que reconocen el trabajo de León XIV, de quien señalan, como lo hacen con el padre Manuel Dorantes, “que son grandes aliados de nuestra comunidad migrante y, además, conocen muy bien a nuestro cardenal, Alberto Suárez”.

“Creo que el nuevo Papa será una esperanza para nosotros como migrantes, al tener él la nacionalidad de Estados Unidos; al tener cercanía con Latinoamérica puede influir en el presidente Trump y abogar porque cese la represión que ha hecho a nuestra comunidad. La Iglesia católica, en los últimos tiempos ha sido confrontativa con el presidente y esperamos que él (el Papa) sea una nueva línea de esperanza para nosotros”, dijo.

Las Parroquias San Viator y San Wenceslao, en Chicago, se han convertido en un centro de refugio para miles de mexicanos migrantes que buscan una mejora en sus vidas, en el vecino país del norte, y hoy estos sitios se congratulan con la llegada a la Iglesia de un Papa “cercano a la comunidad migrante”, dijo Andrew McNamara, quien se desempeña como sacristán en ambos centros religiosos.

Consultado por este medio, McNamara replicó lo que dijo el titular de la Arquidiócesis de Chicago, Lawrence Sullivan, quien reconoció ayer experimentar “una sensación de orgullo” en la elección del cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, originario de esa ciudad, que, a decir de Andrew, es una ciudad que tiene “una alma migrante”.

El religioso comentó que la ascensión de Prevost para convertirse en una figura influyente en el Vaticano comenzó en Dolton, donde creció, con sus padres, luego de que su madre emigrara de España.
“Hasta ahora los feligreses de Santa María la recuerdan como la dulce Millie. La madre del ahora Papa se llamaba Mildred Martínez, una de esas mujeres que como muchas en el mundo, mantienen funcionando una parroquia católica. Ella formaba parte de la Sociedad del Altar y el Rosario, es decir, este legado empezó desde la infancia del ahora papa León XIV”.

Multitud estalla en júbilo por su nuevo líder
Tras la fumata blanca que daba a conocer al mundo que ya había consenso y un nuevo Papa, unos 20 mil fieles reunidos en la Plaza de San Pedro expresaron su felicidad y ondearon banderas de diversas partes del mundo: desde España hasta Argentina, desde EU hasta Colombia e incluso México. El anuncio se dio en un ambiente de alegría, pero también hubo muchos asistentes que oraban por León XIV y su encomienda. En Perú, la que fue su casa por muchos años, regocijo.

