Las esperanzas de un avance significativo en el conflicto entre Rusia y Ucrania se desvanecieron con la ausencia de los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin en lo que podrían haber sido las primeras conversaciones de paz directas en tres años entre ambas naciones.
Pese a haber propuesto la reunión días antes, Putin decidió no asistir personalmente y delegó su representación en el asesor presidencial Vladimir Medinsky y el viceministro de Defensa Alexander Fomin. En paralelo, Trump, quien había considerado viajar a Turquía, confirmó su inasistencia poco después del anuncio del Kremlin.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, quien condicionó su participación a la presencia directa de Putin, se dirigía a Estambul tras desafiar públicamente al mandatario ruso a presentarse “si no tiene miedo”. Según funcionarios ucranianos, su equipo evaluará los siguientes pasos dependiendo de la composición final de la delegación rusa.
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Trump ha presionado para alcanzar un cese del fuego inmediato de 30 días, propuesta que cuenta con el respaldo de Zelenski. Sin embargo, Moscú insiste en discutir primero las condiciones del acuerdo antes de suspender hostilidades. También se contempla la posibilidad de negociar un amplio intercambio de prisioneros de guerra.
Desde Washington, el gobierno de EU, frustrado por el estancamiento del proceso, evalúa imponer sanciones adicionales a Rusia. Entre ellas, penas secundarias a compradores de petróleo ruso y nuevas medidas financieras. La delegación de EU en Turquía está encabezada por el secretario de Estado Marco Rubio y los enviados Steve Witkoff y Keith Kellogg, quienes ya han sostenido reuniones con el canciller ucraniano Andrii Sybiha.