El expresidente de Estados Unidos, Joe Biden, de 82 años, fue diagnosticado con una forma agresiva de cáncer de próstata que ha hecho metástasis en los huesos, informó su oficina, ayer. El hallazgo se produjo el viernes pasado, tras presentar síntomas urinarios. De acuerdo con el comunicado oficial, el cáncer es sensible a las hormonas, lo que permite un tratamiento potencialmente eficaz. Biden y su familia revisan las opciones médicas.
El cáncer recibió una puntuación de 9 en la escala de Gleason, lo que indica un caso de alta agresividad. Aunque el cáncer metastásico suele ser más complejo de tratar, los avances recientes en tratamientos hormonales ofrecen esperanza, según el Dr. Herbert Lepor, urólogo del NYU Langone.
La noticia generó reacciones inmediatas. El presidente Donald Trump expresó en su red Truth Social su tristeza por el diagnóstico y deseó pronta recuperación al demócrata y a su esposa, Jill. Por su parte, la vicepresidenta Kamala Harris afirmó que mantiene a Biden en sus oraciones y destacó su resiliencia.
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El diagnóstico se suma al escrutinio que ha enfrentado la salud del exmandatario durante y después de su presidencia. En julio pasado, Biden canceló su candidatura a la reelección tras un debate titubeante frente a Trump, situación que avivó las críticas internas en el Partido Demócrata sobre su edad y condición cognitiva. Harris asumió la candidatura, pero fue derrotada en las urnas.
Biden ha mantenido un bajo perfil desde que dejó la Casa Blanca, limitando sus apariciones públicas. En 2022, relanzó el programa Cancer Moonshot, con la meta de reducir en un 50% la tasa de mortalidad por cáncer en 25 años.
Con información de AP y Reuters
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