El presidente Donald Trump ordenó a las autoridades federales de inmigración intensificar las deportaciones en ciudades controladas por los demócratas, tras una oleada de protestas contra sus políticas migratorias. A través de su red Truth Social, el mandatario instruyó al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) a ejecutar “el Programa de Deportación Masiva más grande de la Historia”, priorizando urbes como Los Ángeles, Chicago y Nueva York, donde residen millones de inmigrantes indocumentados.
Trump indicó que todos los recursos federales deben enfocarse en cumplir este objetivo. La medida sigue a declaraciones de Stephen Miller, principal asesor de inmigración de la Casa Blanca, quien informó que se busca alcanzar al menos 3 mil arrestos diarios, un aumento drástico respecto a los 650 diarios registrados durante los primeros meses del actual mandato.
Las protestas han escalado en todo el país, siendo más intensas en Los Ángeles, donde la policía utilizó gases lacrimógenos y municiones antidisturbios para dispersar manifestantes. Hechos similares ocurrieron en Portland, Oregón, frente a oficinas del ICE. Durante las movilizaciones, que coincidieron con el desfile militar por el 250 aniversario del Ejército, Trump afirmó que la presencia de la Guardia Nacional evitó disturbios mayores en Los Ángeles.
A su vez, el gobierno instruyó a los agentes migratorios suspender redadas en sectores económicos sensibles como granjas, hoteles y restaurantes, debido al impacto negativo reportado por dichas industrias. Pese a la controversia, Donald Trump ejecuta su agenda migratoria con un enfoque cada vez más agresivo.