En medio de una intensa oleada de bombardeos rusos que sacudió cuatro ciudades ucranianas, el presidente Volodimir Zelenski anunció ayer que su nuevo gobierno tiene como objetivo elevar la producción nacional de armas hasta representar el 50% del arsenal en uso en los próximos seis meses. Actualmente, el armamento fabricado en Ucrania representa el 40% de lo desplegado en el frente.
La declaración se produjo tras una reunión en Kiev con el primer ministro saliente, Denys Shmyhal, y el ministro de Defensa saliente, Rustem Umerov, donde acordaron fortalecer la capacidad del Ministerio de Defensa en la producción armamentista. “Los volúmenes de producción son altos, pero necesitamos más”, dijo Zelenski en su discurso nocturno.
Casi en paralelo al anuncio, Ucrania vivió uno de los ataques más intensos del año: Rusia lanzó 400 drones Shahed, señuelos y un misil balístico que impactaron principalmente en Jarkov, Krivói Rog, Vínnytsia y Odesa, según la fuerza aérea ucraniana. Aunque la mayoría fueron interceptados, 12 objetivos fueron alcanzados, y dejó al menos 15 heridos.
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En Krivói Rog, ciudad natal de Zelenski, 80 mil hogares quedaron sin electricidad y algunas zonas registraron cortes en el suministro de agua. Un joven de 17 años fue hospitalizado en estado crítico. En Jarkov, 17 explosiones ocurrieron en 20 minutos, que dejó tres personas heridas. En tanto, en Vínnytsia, ocho personas resultaron lesionadas y un ataque alcanzó una fábrica polaca, según confirmó el ministro de Exteriores de Polonia.
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El caso más alarmante fue en Dobropillia, ciudad cercana a la línea del frente. Una bomba de 500 kilos explotó a plena luz del día en un centro comercial. El saldo: dos muertos, 27 heridos, ocho bloques de departamentos dañados y vehículos destruidos.