El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó ayer que no aceptará órdenes de un “gringo”, en respuesta directa a la carta enviada por el mandatario estadounidense, Donald Trump, donde anunció aranceles del 50 % a las importaciones brasileñas. La declaración encendió la disputa diplomática y comercial entre ambas naciones a menos de dos meses de la entrada en vigor de dicha medida.
Ante un grupo de activistas estudiantiles de izquierda en el estado de Goiás, Lula reiteró su postura en términos más contundentes: “Ningún gringo le va a dar órdenes a este presidente”, denunció que la carta enviada por Trump representa un chantaje político basado en “informaciones falsas” y que constituye una amenaza directa a las instituciones democráticas brasileñas.
- El Dato: El conflicto tiene un efecto político inmediato: según encuestas internas, la confrontación con Trump ha provocado una leve recuperación en la aprobación de Lula.
Aseguró que el gobierno de Estados Unidos utiliza medidas comerciales como forma de presión para condicionar decisiones judiciales internas, en referencia al juicio que enfrenta el expresidente Jair Bolsonaro.

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Más tarde, durante un mensaje televisado a la nación, el mandatario calificó la acción estadounidense como un “grave atentado a la soberanía” y advirtió que Brasil no permitirá interferencias externas en sus procesos internos. Rechazó también a los políticos brasileños que respaldan las sanciones, a quienes acusó de actuar contra el interés nacional: “Son verdaderos traidores a la patria”.
- 410 mdd de superávit ha mantenido EU con Brasil en 15 años
En la carta enviada desde Washington, Trump justificó los aranceles por el trato dado a Bolsonaro, a quien considera víctima de una “caza de brujas”, y por presuntas prácticas desleales hacia empresas estadounidenses. Lula respondió que, por el contrario, Estados Unidos ha mantenido un superávit de 410 millones de dólares en su balanza comercial con Brasil durante los últimos 15 años.
Además, desmintió que los productores brasileños fomenten la deforestación, y aseguró que su gobierno ha reducido la devastación en la Amazonía a la mitad. Señaló que los argumentos presentados por Trump carecen de sustento técnico y obedecen a motivaciones ideológicas y electorales.
El mandatario también se refirió a las críticas estadounidenses sobre las sanciones impuestas a plataformas digitales. Afirmó que todas las empresas extranjeras deben respetar las leyes nacionales y que ninguna está por encima del Estado brasileño. Defendió las medidas como necesarias para proteger a la población de discursos de odio, racismo, violencia de género y ataques a la democracia.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira, confirmó que Brasil aún no ha recibido respuesta a la propuesta de negociación entregada el 16 de mayo. No obstante, aseguró que Lula está dispuesto al diálogo con Trump “si se dan las circunstancias”. Hasta ahora, se han celebrado 10 reuniones técnicas sin avances concretos. Brasil sostiene encuentros con sectores industriales afectados y prepara posibles represalias. Entre las opciones figuran recurrir a la Organización Mundial del Comercio (OMC) y aplicar la ley de reciprocidad.

