La redada en la planta de Hyundai en Georgia, que derivó en la detención de 475 personas, de las cuales más de 300 eran surcoreanas, escaló de un operativo migratorio a un conflicto diplomático que involucra a Estados Unidos y Corea del Sur. El episodio, ocurrido el jueves pasado, se convirtió en la mayor operación de cumplimiento de la ley en un solo sitio en la historia del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos y encendió alertas en distintos niveles: político, empresarial y social.
Ayer, en el programa State of the Union de CNN, Tom Homan, zar fronterizo de la Casa Blanca, confirmó que el gobierno de Donald Trump planea ampliar las redadas en lugares de trabajo. “En resumen, sí, vamos a realizar más operativos de control migratorio”, señaló, al defender la estrategia como una forma de castigar a las empresas que contratan a inmigrantes indocumentados.
- El Dato: Las negociaciones para liberar a 300 surcoreanos que fueron detenidos concluyeron anoche y el procesamiento para su liberación está en curso.
Las imágenes difundidas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) mostraron escenas de trabajadores esposados de manos, tobillos y cintura, formados frente a autobuses bajo la vigilancia de agentes armados y vehículos blindados. En las tomas se alcanzan a ver uniformes con logotipos de Hyundai y LG, en un proyecto de construcción de baterías para autos eléctricos.
Desde Seúl, el presidente Lee Jae Myung ordenó a su gabinete “tomar todas las medidas necesarias” para proteger a los ciudadanos detenidos y garantizar que las operaciones empresariales no se vean afectadas. En tanto, Kang Hoon-sik, jefe de gabinete presidencial, anunció que se enviará un avión charter para repatriar a los trabajadores tan pronto como se completen los trámites.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores surcoreano calificó el operativo como “lamentable” y advirtió que ocurrió en un momento particularmente sensible, apenas semanas después de la primera cumbre entre Trump y Lee, en la que ambos mandatarios discutieron un ambicioso paquete de inversiones y compras energéticas. Park Yoon-joo, viceministro de Relaciones Exteriores, expresó a su homóloga estadounidense Allison Hooker que el incidente podría dañar el clima de confianza alcanzado entre ambos países.
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Además, Cho Hyun, ministro de Asuntos Exteriores, viajará a Washington para tratar directamente la liberación de los detenidos. Corea del Sur también prometió revisar el sistema de visas y los protocolos de estadía de sus ciudadanos que viajan a Estados Unidos por motivos de negocios.
El presidente Lee, afirmó que los derechos de los surcoreanos y las actividades económicas de sus empresas no deben verse vulnerados durante procedimientos judiciales estadounidenses. “Las actividades económicas de nuestras compañías que han invertido en Estados Unidos y los derechos e intereses de nuestros ciudadanos no deben verse infringidos injustamente durante el proceso de aplicación de la ley”, declaró el Ministerio en un comunicado oficial.
- El Tip: El sitio de la redada fue un proyecto de 4.3 mmdd para producir baterías para vehículos eléctricos con Hyundai y LG, cada uno con una participación del 50%
FIRMAS BAJO PRESIÓN. Mientras que Hyundai y LG Energy Solution, protagonistas del proyecto de inversión en Georgia, reaccionaron con cautela. Hyundai aseguró que “cumplirá plenamente con las leyes de inmigración en todos los mercados” y revisará a sus proveedores para evitar irregularidades. LG, por su parte, ordenó suspender casi todos los viajes de negocios a Estados Unidos y pidió a sus empleados regresar a Corea del Sur. “La pronta liberación de las personas detenidas es nuestra prioridad”, afirmó Kim Ki-soo, director de Recursos Humanos de la empresa.
Trump, sin embargo, defendió la redada como un acto de cumplimiento legal. “Eran inmigrantes ilegales y el ICE simplemente estaba haciendo su trabajo”, declaró, endureciendo su discurso habitual sobre la migración irregular. En Truth Social publicó un meme inspirado en Apocalypse Now, con imágenes de helicópteros sobrevolando un Chicago en llamas, lo que desató críticas por la connotación bélica.
A su vez, los opositores a esta política sostienen que sectores enteros de la economía estadounidense, como la agricultura, la hostelería y el envasado de carne, dependen en gran medida de inmigrantes sin estatus legal. “Estas acciones destrozan familias, perjudican la economía y minan la confianza de nuestros socios globales”, denunció el Caucus Asiático-Pacífico Americano del Congreso.
El debate en torno a la migración ilegal se intensificó en Estados Unidos a medida que la Casa Blanca plantea incluso desplegar tropas de la Guardia Nacional en ciudades como Chicago. La retórica, sumada a los operativos de gran escala, marca un punto álgido en la estrategia migratoria de Trump, cuyas repercusiones internacionales apenas comienzan a sentirse.
El operativo en Georgia fue considerado por funcionarios estatales como un golpe sensible, ya que el lugar intervenido estaba vinculado al mayor proyecto de desarrollo económico en la región, enfocado en la producción de baterías para vehículos eléctricos. El incidente expuso la fragilidad de los acuerdos económicos bilaterales, alcanzados en julio pasado, que incluían inversiones surcoreanas por 350 mil millones de dólares en Estados Unidos.
El caso Hyundai se convirtió en símbolo de las tensiones que provoca la intersección entre política migratoria y relaciones económicas internacionales. Mientras cientos de familias esperan el regreso de los trabajadores detenidos, Seúl y Washington enfrentan el reto de equilibrar la aplicación de la ley con la necesidad de preservar la cooperación estratégica.


