El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró ayer, durante una reunión en la Casa Blanca con su homólogo de Ucrania, Volodímir Zelenski, que espera que la guerra con Rusia pueda terminar sin tener que enviar a Kiev los misiles Tomahawk que los ucranianos piden, mientras que el mandatario europeo señaló que el presidente ruso, Vladimir Putin, “no está listo” para la paz.
La de ayer fue la cuarta reunión cara a cara entre ambos mandatarios desde que el republicano regresó a la Casa Blanca en enero, y la segunda en menos de un mes, y se da un día después de que Trump y Putin mantuvieron una larga conversación telefónica para hablar del conflicto.
Zelenski dijo que viajó a Washington con una “propuesta” en la que Ucrania podría proporcionar a Estados Unidos sus avanzados drones, mientras que Washington vendería a Kiev los misiles de crucero Tomahawk de largo alcance. Señaló que el conflicto con Rusia es también “una guerra tecnológica”, y que, si bien su país usa drones de fabricación propia, no tiene acceso a los misiles y los necesita para seguir combatiendo.
Trump dijo que creía que Ucrania fabrica drones “muy buenos” pero expresó su reticencia a utilizar el suministro estadounidense de Tomahawks: “Esperemos que no los necesiten. Esperamos que podamos terminar la guerra sin pensar en hachas de guerra”.
En los últimos días, el mandatario estadounidense se había mostrado dispuesto a vender misiles de crucero Tomahawk de largo alcance a Ucrania, pero aseguró que EU los necesita, y que uno de los motivos por los que quiere poner fin a la guerra de Ucrania es dejar de “proporcionar cantidades masivas de armas” a Kiev.
“Nosotros necesitamos los Tomahawk y necesitamos muchas de las otras armas que hemos enviado a Ucrania durante los últimos años. Tenemos muchos, pero los necesitamos. Quiero decir que no podemos agotar las reservas de nuestro país. Tengo la obligación también de asegurarme de que estamos completamente abastecidos como país, porque nunca se sabe lo que va a pasar en la guerra y la paz”, dijo Trump.
Zelenski buscaba armas que permitieran a las fuerzas ucranianas atacar más lejos en territorio ruso y apuntar a instalaciones militares clave, instalaciones energéticas e infraestructura crítica, lo cual considera que ayudaría a obligar a Putin a tomarse en serio los llamados de Trump a entablar negociaciones directas para poner fin a la guerra.
Cuestionado por la prensa sobre si EU autorizaría ataques aéreos a larga distancia dentro de territorio ruso, Trump se limitó a decir: “Eso sería una escalada, pero hablaremos sobre ello”.
Tras la llamada con Putin del jueves, Trump pareció rebajar las perspectivas de que Kiev obtenga los proyectiles, que tienen un alcance aproximado de mil 600 kilómetros, luego de que el ruso advirtió durante la conversación que suministrar los Tomahawks a Kiev “no cambiará la situación en el campo de batalla y, en cambio, causaría un daño sustancial a la relación entre nuestros países”, dijo Yuri Ushakov, asesor de política exterior del Kremlin.
Esta postura fue ratificada por Serguéi Narishkin, director del Servicio de Espionaje Exterior de Rusia, quien aseguró este viernes que considerará un “paso hostil” el suministro de misiles estadounidenses Tomahawk a Kiev.
Al inicio de la conversación, Zelenski felicitó a Trump por el acuerdo de alto al fuego en Gaza, y dijo que el mandatario estadounidense “ahora tiene una gran oportunidad para terminar esta guerra”.
