Acuerdo en fase crítica

El Donbás y Zaporiyia, en tramo final, pero más difícil rumbo a la paz en Ucrania

Washington acelera las negociaciones para poder cerrar la guerra ruso-ucraniana; Zelenski sostiene conversación telefónica “sustancial” con estadounidenses; el Kremlin toma dos localidades más de Jarkov y Donetsk

Ucranianos pasan la noche en estación del Metro, en medio del ataque de Rusia en Kiev, el 6 de diciembre.
Ucranianos pasan la noche en estación del Metro, en medio del ataque de Rusia en Kiev, el 6 de diciembre. Foto: Reuters

De acuerdo con el enviado especial de Estados Unidos para Kiev, Keith Kellogg, un pacto para detener la guerra está “realmente cerca”. Su señalamiento coloca el debate internacional en una nueva dinámica, mientras Washington, Moscú y las autoridades ucranianas evalúan los términos que podrían dar forma al primer acuerdo serio desde febrero de 2022.

Kellogg, que dejará su puesto en enero, sostuvo durante el Foro de Defensa Ronald Reagan que los esfuerzos avanzaron de manera significativa, aunque aún persisten dos obstáculos centrales: el futuro del Donbás y la situación de la central nuclear de Zaporiyia, ocupada por las tropas rusas desde marzo de 2022. “Creo que todo se reduce a un par de asuntos”, dijo, antes de puntualizar que resolver ambos permitiría destrabar el resto de los temas. “Ya casi estamos ahí”, reiteró.

  • El Dato: DONALD TRUMP aseguró ayer que se sentía “un poco decepcionado” con Volodimir Zelenski, por no involucrarse en el plan para poner fin a la guerra con Rusia.

El funcionario insistió en la complejidad del tramo final y describió una metáfora castrense para ilustrarlo: “Si uno es una persona militar (…) sabe que los últimos 10 metros hasta llegar al objetivo son siempre los más difíciles”. Su declaración dimensiona la distancia entre el optimismo estadounidense y el escepticismo del Kremlin, que exige cambios profundos en las propuestas entregadas por la Casa Blanca.

En días pasados, las negociaciones se intensificaron luego de las conversaciones que el enviado Steve Witkoff y Jared Kushner mantuvieron en Moscú con funcionarios rusos, incluido Yuri Ushakov, uno de los principales asesores de política exterior del presidente Vladimir Putin. Ushakov confirmó que entre los temas abordados figuraron los “problemas territoriales”, expresión habitual del Kremlin para referirse a sus reclamos sobre el Donbás.

  • 241 Drones y 5 misiles balísticos lanzó Rusia la madrugada del domingo

Asimismo, el domingo el mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski, aseguró haber mantenido una conversación telefónica “sustancial” con representantes estadounidenses. Según Zelenski, el diálogo se centró en “puntos clave que podrían garantizar el fin del derramamiento de sangre y eliminar la amenaza de una nueva invasión rusa a gran escala”.

“Abordamos muchos aspectos y repasamos puntos clave que podrían garantizar el fin del derramamiento de sangre y eliminar la amenaza de una nueva invasión rusa a gran escala, escribió en X, así como el riesgo de que Rusia incumpla sus promesas, como ha sucedido repetidamente en el pasado”.

En tanto, Rusia recibió con agrado la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, presentada el viernes pasado por la Casa Blanca, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov dijo que el documento estratégico actualizado estaba en gran medida en línea con la visión de Moscú.

“Allí hay declaraciones contra la confrontación y a favor del diálogo y la construcción de buenas relaciones”, añadió que Rusia espera que esto conduzca a “una mayor cooperación constructiva con Washington en la solución del problema ucraniano”.

  • 1,600 drones kamikaze ha lanzado el Kremlin contra Ucrania la última semana

A su vez, el Ministerio de Defensa en Moscú afirmó que sus tropas tomaron las localidades de Kucherovka, en Jarkov, y Rivne, en Donetsk, como parte de una serie de progresos iniciados en los últimos meses. Ucrania, que no ha confirmado esas pérdidas, enfrenta un escenario complejo, ya que Rusia controla cerca del 19.2 por ciento de su territorio, incluida Crimea y zonas extensas de Donetsk, Lugansk, Jerson y Zaporiyia.

El avance militar ruso coincide con un deterioro humanitario de grandes proporciones. Kellogg describió la dimensión de las bajas acumuladas durante la guerra como “horrible” y sin precedentes a nivel regional desde 1945. Según su exposición, Rusia y Ucrania han sufrido más de dos millones de muertos y heridos combinados. “Son cifras horribles. Es necesario poner fin al conflicto”, subrayó.

Las cifras no han sido verificadas por Kiev ni por Moscú, que dejó de publicar balances periódicos desde hace meses. Sin embargo, la declaración pública de Kellogg dio una muestra del impacto que las campañas ofensivas han provocado en ambos bandos.

  • El Tip: EU ha ido cambiando de postura con respecto a conversaciones entre Ucrania y Rusia, en su intento por cerrar un acuerdo de paz.

Mientras que en Kiev, la discusión sobre eventuales concesiones territoriales se mantiene abierta. Zelenski ha advertido que entregar lo que resta de la región de Donetsk sería ilegal sin un referéndum y permitiría a Moscú lanzar ataques más profundos en el futuro. Esta postura tensiona el margen estadounidense para negociar y complica cualquier diseño de garantías de seguridad aceptables para Ucrania y sus aliados europeos.

Estados Unidos y Europa debaten cuáles serían los compromisos capaces de disuadir a Rusia de una nueva ofensiva, mientras el Kremlin rechaza cualquier acuerdo que contemple la presencia de tropas occidentales en territorio ucraniano. Este punto será central en la reunión que Zelenski mantendrá este lunes en Londres con el canciller alemán Friedrich Merz, el primer ministro británico Keir Starmer y el presidente francés Emmanuel Macron.

A su vez, Macron, que señaló a Rusia como responsable de la actual escalada, reiteró que su país continuará ofreciendo apoyo a Kiev, en particular a través de la Coalición de Voluntarios. También afirmó que las conversaciones deben proporcionar garantías sólidas para asegurar una paz “duradera”.

Asimismo, Moscú ha reforzado su orientación hacia Asia y, en particular, hacia China, luego de que las sanciones occidentales limitaron sus vínculos económicos con Europa. Washington, por su parte, considera al Indo-Pacífico como un eje estratégico para los próximos años, lo que abre un nuevo escenario en el que la guerra en Ucrania opera como un componente más de un tablero geopolítico mayor.

Las señales emitidas desde todas las capitales involucradas muestran un escenario complejo y contradictorio: entusiasmo moderado en Washington, cautela extrema en Moscú, presiones internas en Kiev y reservas en las principales capitales europeas. Entre tanto, la última palabra dependerá de la capacidad de resolver los dos elementos que Keith Kellogg describió como decisivos: territorio y energía nuclear.