Otro día sin ganador; sin embargo, a pesar de que el resultado de la apretada e histórica elección presidencial de Estados Unidos sigue en suspenso, el lento avance de los conteos ya dejó ver una posibilidad importante: Joe Biden se perfila para convertirse en el presidente número 46.

Aunque aún los números pueden cambiar, el candidato demócrata se posicionaba ayer como el vencedor de esta contienda, sobre todo al agenciarse estados clave que, según las proyecciones ya lo dejaban a sólo seis votos de la victoria: Michigan, Wisconsin y Arizona, ganados por Donald Trump en 2016.

De acuerdo con el sistema electoral de Estados Unidos, el candidato ganador debe reunir 270 o más delegados a su favor. Al cierre de esta edición y según un consenso de proyecciones, Biden ya alcanzaba 264, sólo en espera de los resultados de Nevada, que con sus seis delegados y la tendencia a favor del demócrata le ofrecían la llave de la Casa Blanca.

Pero Nevada no quiso definirse. Por la tarde, después de indicar que darían más actualizaciones de votos, funcionarios electorales del estado anunciaron que no habría nuevos datos hasta el jueves.

Si bien Biden ya no contaba con Nevada para dar un resultado más contundente ayer, sus posibilidades también se fueron ampliando hacia el Este, donde logró reducir la ventaja de Donald Trump en Georgia, que se inclinaba más para el republicano, incluso Pensilvania.

En el primer caso, un estado con una amplia población afroamericana, la distancia entre Trump y Biden ya era menor a 40 mil votos anoche, a medida que comenzaba el conteo de resultados en condados más poblados y tradicionalmente demócratas que votaron por la vía postal.

El avance de la votación en Georgia, hasta ayer, ya era mayor a 95 por ciento. Dado el crecimiento de Biden ahí, la posibilidad de quedarse con ese estado le daba más oxígeno para la victoria que Nevada, con 16 votos electorales, lo que lo pondría al frente con 280.

Pero estas matemáticas no hicieron nada feliz al presidente Donald Trump, quien durante el día insistió, sin bases, en la idea del fraude electoral.

“Nuestros abogados han pedido un ‘acceso significativo’ (al conteo de votos), pero ¿de qué sirve? El daño ya se ha hecho a la integridad de nuestro sistema y a la propia elección presidencial. ¡Esto es lo que debería discutirse!”, tuiteó.

A pesar de sus afirmaciones en torno al “robo”, ninguna figura relevante fuera de él apoyó esta posibilidad, incluso la cadena Fox News, la favorita del magnate, se abstuvo de hacer eco de estas declaraciones. Algunos medios estadounidenses afirmaron que el equipo Trump enfureció con Fox cuando marcó proyecciones a favor de Biden en Arizona.

EL MAGNATE COMPRA TIEMPO

 Mientras todavía se contaban los votos en Arizona y Nevada, la campaña de Trump anunció que emprendería acciones legales en esos estados, donde las tendencias favorecían a Biden.

Esta táctica, fiel a la campaña del presidente, fue vista por la prensa como una manera de comprar tiempo en los estados donde podría perder. La medida también fue anunciada para Wisconsin, donde solicitó un recuento, y en Georgia, donde presentó demandas cuando la brecha con su oponente se reducía.

Expertos citados por Reuters dijeron que si bien podría haber objeciones a la votación, no se ven indicios de que esas disputas tuvieran que resolverse en la Suprema Corte de Justicia de EU, como quiere Trump, donde tiene una mayoría de jueces que le responden (6-3).