Doctor atendió a opositor tras envenenamiento

“Repentina” muerte enturbia el caso Navalny

Reportan que el ruso Sergey Maximishin sufrió un infarto tras una inesperada presión arterial alta; no se descarta un “juego sucio”, advierte excolaborador del crítico sentenciado; disidente convoca a más protestas

Imagen publicada por el líder opositor ruso Alexei Navalny (centro) en su cuenta de Instagram donde lo acompañan su esposa, Yulia (a la derecha) y sus hijos mientras posan para una foto en un hospital de Berlín, Alemania.
Imagen publicada por el líder opositor ruso Alexei Navalny (centro) en su cuenta de Instagram donde lo acompañan su esposa, Yulia (a la derecha) y sus hijos mientras posan para una foto en un hospital de Berlín, Alemania.Foto: AP.
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El médico ruso Sergei Maximishin, que atendió al opositor Alexéi Navalny tras ser envenenado, "murió repentinamente”, lo que generó controversia en torno al destino de críticos del Kremlin: entre la muerte, intoxicación y la cárcel. 

A casi medio año de que el crítico de Vladimir Putin fuera atacado con una potente toxina en un vuelo de regreso al país, el experto que lo puso en coma y salvó su vida falleció de manera abrupta, reveló el Hospital de Omsk.

Sin dar detalles sobre el deceso el centro médico indicó “con pesar, informamos que el médico adjunto de anestesiología del hospital falleció”; horas después la portavoz del lugar dijo que murió tras ser internado en cuidados intensivos; mientras que The Daily Mail reveló que la defunción ocurrió por un infarto secundario a una elevación de la presión arterial, que superó los 250 mmHg. Además, se informó que recientemente fallecieron sus padres.

La muerte del especialista de 55 años de edad detonó sospechas por lo repentino del caso.

Uno de los primeros en reaccionar fue Leonid Volkov, asesor de Navalny, quien admitió que es un tema turbio, que seguramente no será investigado y no se esclarecerá la causa del fallecimiento.

“No puedo descartar la posibilidad de un juego sucio”, declaró a CNN al recordar que Maximishin, con una trayectoria de casi tres décadas, conocía mejor que nadie el expediente completo del investigador, pues fue el primer médico en atender a quien fue envenenado supuestamente con un agente nervioso de grado militar durante un vuelo, hecho que obligó un aterrizaje de emergencia en la zona y del que la víctima responsabilizó a Putin.

Tiempo después el opositor fue trasladado a Alemania, en donde estuvo cinco meses hospitalizado en recuperación; tras este periodo regresó a Moscú el pasado 17 de enero, en donde fue detenido y recientemente sentenciado por un caso previo de supuesto lavado de dinero.

El excolaborador del opositor admitió que en el país el sistema de salud es deficiente, por lo que la muerte de Maximi-shin no es sorprendente, pues muchos doctores mueren a temprana edad.

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Y es que el Kremlin ha estado en la mira por ataques contra líderes contrarios al régimen, como los espías Alexánder Litvinenko y Serguéi Skripal, la periodista Anna Politkóvskaya, el exministro Boris Nemtsov, el ucraniano Víctor Yushenko, la activista Natalia Estemírova y el empresario petrolero Mijaíl Jodorkovski, entre otros.

Posteriormente, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llamó a no permitir que avance el autoritarismo en Rusia, como lo permitió Donald Trump, al tiempo que demandó liberar al opositor Alexéi Navalny, quien, dijo, se convirtió en blanco de ataques por denunciar la corrupción en la gestión de Putin.

Aseveró que, como se lo hizo saber a su homólogo ruso en su primera conversación telefónica tras su investidura, no permitirá que el país se someta a actos agresivos de Rusia o naciones como China, pues considera que ambos gobiernos han intentado debilitar la democracia en Estados Unidos.

“Los días en que EU se sometía se acabaron”, advirtió en un discurso en el Departamento de Estado.

CLAMAN POR LIBERAR A RUSIA

 Desde prisión, Alexéi Navalny llamó a manifestantes a salvar al país de los “ladrones en el poder”; mientras el Kremlin advirtió que actuará con mayor firmeza ante actos ilegales.

A unos días de ser condenado a prisión, el crítico insistió en vencer el miedo ante los amagos de arrestar a quienes se sumen a las movilizaciones, que en las últimas dos semanas han dejado más de 10 mil manifestantes arrestados.

Además, el Kremlin reiteró que la respuesta policial fue la correcta, pues los manifestantes “provocaron a las fuerzas de seguridad” y no descarta elevar su fuerza para detener esta afrenta.

También rechazó los “consejos” de otras naciones ante el caso Navalny y las protestas al afirmar que es un asunto interno y adelantó que si algún país impone sanciones, Rusia tomará represalias.

  • El dato: Para ejercer mayor presión contra Navalny, el Gobierno ruso detuvo a su pareja, Yulia Navalnaya, y mantiene bajo arresto domiciliario a su hermano Oleg y algunos de sus socios.

ntb