Cuando ya varias naciones del Viejo Continente ordenaron el cierre de sus fronteras, la máxima autoridad de la Unión Europea propuso ayer la que será la primera medida multilateral para responder a la pandemia de coronavirus, que en la región ha infectado a más de 155 mil personas, en conjunto, la cifra más grande del mundo, incluso por encima de los registros en China, donde el virus contagió a poco más de 81 mil.
Entre las directrices planteadas por la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, destaca la prohibición de 30 días de los viajes entrantes al bloque, para evitar una propagación del coronavirus mayor, con casos importados, cuando la región ya enfrenta una crecida en las transmisiones locales.
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“Mientras menos viajes, más podemos contener el virus. Por lo tanto... propongo a los jefes de Estado y de gobierno que introduzcan restricciones temporales a los viajes no esenciales hacia la Unión Europea”, declaró Von der Leyen, ayer. “Estas restricciones de viaje deben estar vigentes por un periodo inicial de 30 días, pero pueden prolongarse según sea necesario”, agregó.
Von der Leyen tiene autoridad para disponer de un cierre comunitario, pero necesita aún el aval de los jefes de Estado.
Al bloqueo europeo sólo se eximirá a ciudadanos de la unión, diplomáticos, médicos e investigadores que trabajan para contener la crisis de salud mundial.
El protocolo sólo aplica para los 27 países miembros, no para las cuatro naciones no pertenecientes a la UE, pero que se unen al bloque en el acuerdo de fronteras abiertas (Schengen); aún así, Bruselas lanzó un exhorto a los Estados europeos no asociados, para que se sumen a las pautas preventivas propuestas, en particular a Irlanda, que no es miembro del pacto, y a Gran Bretaña, que abandonó el club en enero pasado, aunque aún conserva algunas normas de la zona euro para términos comerciales.
“Todos los viajes entre países no europeos quedarán suspendidos durante 30 días. El enemigo es invisible y requiere nuestra movilización”
Emmanuel Macron
Presidente de Francia
Los jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea discutirán la propuesta de Von der Leyen en una videoconferencia este martes. Hasta ahora, dadas las diferencias políticas y frente al avance de una ultraderecha euroescéptica, al bloque le ha resultado difícil encontrar una respuesta conjunta a la emergencia sanitaria y algunos países han impuesto controles unilaterales.
A Italia, el más afectado, con casi 28 mil casos de contagio y 2 mil 158 decesos por la pandemia, se han sumado Francia, España y Alemania en aplicar medidas drásticas que no sólo conminan a sus ciudadanos a una cuarentena obligatoria, sino que cerraron todas sus fronteras, en un movimiento que pega a la política de libre tránsito vigente en la Unión Europea.
“La Comisión Europea, que dirige Von der Leyen, sostiene que aceptar esta propuesta haría que todas las restricciones intra-Schengen ya no sean necesarias”, declaró la oficina central de la UE a la agencia Reuters, ayer.
Un tercer funcionario, bajo condición de anonimato, afirmó que el club trata de sacar a flote la iniciativa, como un gesto que puede derribar las divisiones políticas entre los miembros, al menos en relación a la pandemia.
“Sabemos que la amenaza ya está adentro, la amenaza ya no viene del exterior. Entonces se trata más de mensajes políticos”, comentaron los funcionarios europeos a Reuters.
Más temprano, ayer, la Comisión advirtió a los países de la UE que no perjudiquen las líneas de suministro de alimentos y medicamentos, ya que imponen restricciones fronterizas en la campaña para frenar la propagación del virus.
Con fronteras cerradas dentro de la UE, queda seriamente comprometida la dinámica comercial del club, pues más de 60 por ciento del intercambio de bienes en el Viejo Contiente depende del mercado interno.
Un bloqueo hacia el exterior no causaría el mismo impacto económico que el que vendría si los socios comienzan a aislarse entre sí.
