México esconde tal nivel de diversidad que no parece una pregunta fácil de ser respondida a la primera. Miles de años han poblado su Historia: sus tierras las han habitado los olmecas, los mayas y los aztecas. Todo eso fue mucho antes de que Hernán Cortés conquistara el territorio y se impusieran tres siglos de dominio de los españoles.
Quien visita el país quiere descubrir los sitios arqueológicos en los que indagar y conocer mejor la cultura indígena; pero también quiere recorrer los pueblos llenos de magia que hay en todo el país; por no hablar de degustar la gastronomía mexicana, probar todos sus platos y al final, descansar en alguna de las playas del Caribe mexicano.
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Los imprescindibles de Ciudad de México
Ciudad de México suele ser la ciudad por la que empiezan la inmensa mayoría de los viajes al país. La gigantesca urbe es inabarcable y por eso conviene tener una lista de los lugares más emblemáticos que visitar. Si no, uno podría perderse entre sus millones de calles y habitantes.
Entre sus miles de rincones, Ciudad de México alberga un patrimonio exquisito. Una vez se calculó que haría falta un año dedicado exclusivamente a visitar todo lo que conserva la capital. Es interesante empezar por plaza de la Constitución para adentrarse después en el mercado de San Juan.
También merecen una visita el Museo Palacio de Bellas Artes, que ha llegado a reunir a Monet y Matisse, así como el Museo Nacional de Arte. No olvides darte un paseo por el barrio de Condesa y el de Coyoacán, en el que podrás ver el Museo de Frida Kahlo. Por no hablar del gran bosque de Chapultepec y el Museo Nacional de Historia. Como guinda para el pastel, deberías pasar por la basílica de Guadalupe, el santuario de México. No importa si eres creyente o no, deberías ir a verlo porque es el segundo lugar sagrado que recibe más visitas del mundo: entre 17 y 20 millones de personas lo visitan cada año. Solo lo supera la basílica de San Pedro del Vaticano.
Antropología y turismo comunitario
Si un museo destaca por encima del resto es el Museo de Antropología. Y lo hace porque allá por los años 40 y hasta los 60 del siglo pasado, los personajes intelectuales del país presentaron y apoyaron la idea de que el país tuviera un espacio en el que se protegiera el pasado de la cultura mexicana. Y a su vez, así, se le rindiera homenaje.
El centro es en pleno siglo XXI uno de los museos de referencia del mundo en cuanto estudio de la propia identidad y su cultura. En él, se descubre el inicio de la civilización en el México antiguo. En el bosque de Chapultepec, dentro de un edificio de una arquitectura de lo más contemporánea, es realmente un lugar al que ir.
La apuesta de México por sí misma está clara más allá de sus espacios culturales. También el en turismo comunitario. Cuando se celebró el Tianguis Turístico México 2025, fueron cada vez más ciudades las que se sumaron a integrarse en la Política Nacional de Turismo Comunitario.
Es una manera más de sacarle brillo a un sector, el de la cultura y los museos, que se ha convertido en un actor esencial de la economía en México. Solo en 2019, el gremio generó 724 453 millones de pesos corrientes. Las reservas naturales, el patrimonio material y natural, los museos del sector público, pero también espacios como las bibliotecas o los sitios arqueológicos generaron 11 056 millones de pesos. Los museos del sector privado no se quedaron atrás, con una facturación de 486 millones de pesos.
Teotihuacán, el origen náhuatl
Teotihuacán es la perla que aún se conserva de los náhuatl. Es así como la llamaban los mexicas, una de las grandes civilizaciones de la Mesoamérica en la etapa prehispánica. Los estudios arqueológicos señalan que el valle era uno de los más ricos en materias primas del lugar, con una vegetación fértil. Sus habitantes disponían de abundantes cantidades de alimento y agua para mantenerse.
Y no solo en la superficie. También en la tierra, en sus minerales, encontraban materia. La obsidiana era muy importante en esa época porque con ella se podían construir herramientas, armas y hasta elementos de decoración. Para las dos primeras era fundamental porque se trata del mineral más afilado del planeta. La cultura de Teotihuacán es tan crucial en la vida del altiplano mexicano, que la zona se declaró patrimonio mundial de la Unesco en 1987.
Para visitar los restos de la ciudad no hay que alejarse mucho de Ciudad de México, ya que la distancia es de solo 42 kilómetros, por lo que puede ser una excursión de día. Sus orígenes todavía se estudian, ya que fue centro de culto al albergar la Pirámide de la Luna, como salió a la luz en las primeras excavaciones. Fue entre el 200 y el 600 después de Cristo y su espectacularidad llega hasta nuestros días.
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