México se prepara para entrar de lleno en la industria de la electromovilidad con un proyecto ambicioso: Olinia, la primera marca nacional de mini autos eléctricos que serán diseñados, producidos y ensamblados en territorio mexicano.
El anuncio, hecho por la presidenta Claudia Sheinbaum, marca un punto de inflexión en la política industrial del país, buscando no solo innovar en transporte, sino también fortalecer la economía local.
El nombre Olinia proviene del náhuatl “moverse”, y no es casualidad: esta propuesta busca transformar la forma en que nos desplazamos en ciudades congestionadas, apostando por vehículos compactos, asequibles y libres de emisiones.
Un proyecto con sello educativo y manufactura nacional
El desarrollo de Olinia está a cargo del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y el Tecnológico Nacional de México (TecNM), con el respaldo del gobierno federal y una inversión inicial de 25 millones de pesos en 2025. La meta es ambiciosa: fabricar componentes clave —motor, chasis, batería— con tecnología y mano de obra mexicana, reduciendo la dependencia de importaciones.
Esta sinergia entre universidades e industria busca formar una cadena productiva nacional que estimule empleos calificados y fomente el talento local en ingeniería automotriz y diseño industrial.
Tres modelos para tres necesidades
Olinia no será un vehículo único, sino una familia de tres versiones:
- Movilidad personal: ideal para estudiantes, profesionistas y personas que realizan trayectos cortos en ciudad.
- Movilidad de barrio: pensado como reemplazo seguro y ecológico de los mototaxis en zonas urbanas.
- Entregas de última milla: diseñado para repartidores y negocios que necesitan trasladar mercancía de forma rápida en áreas densamente pobladas.
- Los tres modelos compartirán la misma plataforma mecánica, lo que reduce costos de producción y facilita su mantenimiento.
¿Cuándo costará el nuevo carro eléctrico?
Uno de los puntos más atractivos es su precio estimado: entre 90,000 y 150,000 pesos, dependiendo del modelo y equipamiento. Esto los colocaría muy por debajo del costo de la mayoría de autos eléctricos disponibles en el mercado mexicano, donde los precios suelen superar los 400,000 pesos.
El objetivo es claro: que el vehículo eléctrico deje de ser un lujo y se convierta en una opción real para familias y pequeños negocios.
Producción descentralizada y enfoque regional
A diferencia de otros fabricantes que concentran su producción en una sola planta, Olinia planea instalar fábricas en distintos estados como Sonora, Puebla y posiblemente San Luis Potosí.
Esta estrategia busca reducir costos logísticos y aprovechar las fortalezas automotrices de cada región. Puebla, por ejemplo, tiene una larga tradición en manufactura automotriz y una infraestructura ya adaptada para producción a gran escala.
¿Cuándo estará a la venta?
Aunque su mercado inicial será México, no se descarta que, en una segunda etapa, los vehículos se exporten a países de América Latina.