Es bien sabido que los mundiales son más que solo eventos deportivos, representan una gran oportunidad para redefinir las identidades de las naciones participantes. México, con su arraigada cultura del fútbol, la pasión por el Mundial 2026 ya comienza a notarse, sobre todo en las predicciones de las casas de apuestas como bet365, transformándola en algo más que solo honor deportivo.
En 2026, el país será historia al convertirse en el primer territorio en obtener tres veces la máxima justa del fútbol. Y, en esta oportunidad, se comparte la ubicación con Estados Unidos y Canadá. Se trata de un nuevo reto, aceptado por sus principales protagonistas.
Mucho más que solo fútbol
Cada vez que se menciona el Mundial, muchos entusiastas del deporte piensan solo en la cultura del fútbol. Sin embargo, este evento es mucho más que eso. Suele dejar una gran inversión económica capaz de superar millones de dólares en los territorios anfitriones. Solo por poner un ejemplo, se trata de miles de empleados, ocupación hotelera, etc.

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Esto significa que un Mundial mueve mucho más que estadios. Se trata de la preparación en cuanto a infraestructura, empleos, inversión, turismo, tecnología y mucha esperanza. Por supuesto, en este entorno, las casas de apuestas aprovechan la oportunidad de ofrecer bonos y promociones para que los entusiastas del deporte se diviertan haciendo sus predicciones.
Ahora bien, el Estado también debe actuar con visión. La preparación de la infraestructura es solo el comienzo. Representa la oportunidad de demostrar que tiene el potencial para albergar a los principales actores futbolísticos del mundo, así como a su fanaticada y los visitantes que quieren disfrutar del fútbol.
Cuando se hace una inversión en accesos viales, conectividad digital, atención médica y seguridad turística, no significa un gasto excesivo. Más bien representa sembrar el progreso para trascender más allá de lo que significa el deporte. No es una excusa para hacer las cosas bien, aquí no se hacen simulaciones, ni se deben hacer improvisaciones; más bien, el Estado se tiene que poner manos a la obra para darse a conocer, sin desperdiciar ni un minuto.
Una dosis de autoestima en puertas
En un mundo cada vez más polarizado, donde algunos territorios se centran en la desigualdad, ser anfitrión del Mundial es una oportunidad para aumentar la autoestima. Se trata de demostrar que se puede vencer el miedo, crear historia, generar recuerdos maravillosos y aumentar la igualdad y confianza entre naciones. También, el evento es capaz de lograr emociones positivas para reforzar el sentimiento patriótico.
Escuchar el himno nacional, ver ondear la bandera y recibir a los turistas genera un sentimiento capaz de rememorar el valor cultural del deporte. Por eso, esto puede ser transformador, algo que genera alegría para compartir lo mejor de los ciudadanos. Y esto, a pesar de las dificultades personales o los procesos por lo que esté atravesando el país.
Y ni qué decir del sector privado, el cual hace más que ventas durante este evento. También genera alianzas, impulsa el talento y proyecta la marca que representa México. Por eso, para el Mundial 2026 todos los actores se preparan para dar lo mejor de sí y demostrar lo que valen.
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