ARISTAS

Halcón Paloma

Antonio Michel Guardiola *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Antonio Michel Guardiola *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

He utilizado la Teoría de Juegos, el modelo de Halcón-Paloma, para explicar la relación bilateral entre Estados Unidos y México. Se vuelve pertinente para entender cómo debería responder Sheinbaum a la estrategia de negociación de Trump, un actor político que funge como halcón. México nunca va a poder contraatacar al mismo nivel, sino esquivar los ataques para sobrevivir. Hasta el momento, la jugada funcionó y la imposición de aranceles se postergó un mes, pero no hay que cantar victoria.

Psicólogos, financieros, negociadores y politólogos han estudiado a Trump para tratar de entender su comportamiento que, a primera vista, parece errático, pero que es más consistente de lo que parece. No es un empresario que se volvió político; siempre ha sido un político que ha hecho del gobierno su empresa. No le importa el impacto socioeconómico que pueda tener en el mundo — ni en su población —, sino sentir que siempre gana.

Trump encarna la demagogia: adoptar una idea única e individualizar a sus enemigos. Es decir, cargar sobre el adversario cualquier error propio y enaltecer cualquier resultado que pueda presentarse como victoria. Cualquier tema, desde la migración, los cárteles mexicanos, los aranceles, hasta Groenlandia, es una negociación de suma cero, donde el beneficio de una parte implica la pérdida del enemigo individualizado, representado por los que se interponen en su camino: México, la diversidad, Palestina o los organismos internacionales. No le interesan los estragos de los aranceles, sino alardear de doblegar a sus rivales para conseguir lo que quiere.

Bajo este entendido, Sheinbaum debe entender que sumarse al enemigo individualizado no es opción, pues el halcón peleará con otros halcones por la comida. Culparlos del crimen organizado y la violencia por las armas sólo alimenta la narrativa de su contraparte para poder contratacar. La sumisión completa tampoco es la solución, pues el halcón basta amenazar para que la paloma huya. La clave es encontrar equilibrio entre buscar que haya más palomas para nivelar el campo, sin abandonarlo ni caer en la provocación del halcón.

La respuesta inmediata de enviar elementos de la Guardia Nacional a la frontera para aplazar la guillotina arancelaria la coronó con laureles, pero ¿qué pasará en marzo? ¿Trump encontrará otro tema con el cual chantajear a México con aranceles?

Trump nunca admite derrotas, en la suma cero él siempre gana y el adversario pierde. En cuanto sienta que México saca algo de provecho, se rebela o no obedece, atacará de nuevo, a fin de presumir a su base que nadie está por encima. Su ambición es gigantesca y no cesará hasta que pueda apoderarse de más triunfos, por más absurdos que éstos sean, como cambiarle el nombre al golfo. De nuevo, no es por la relevancia tangible, sino porque es un halcón y sabe que los demás jugadores no se atreverán a padecer las pérdidas de enfrentarle.

El halcón es efectivo por su gran vista, pero si ésta está nublada por su propia ambición, la paloma, con paciencia y astucia, puede pasar de frente, desapercibida y, no ganarle, porque ése nunca fue el objetivo, sino seguir con su camino hacia su parvada.

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