VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Los nexos ocultos entre Netanyahu y Qatar

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Israel y Qatar son países rivales, por no decir enemigos. El reino de Qatar es el principal financiador del grupo terrorista Hamas; es aliado de Irán, el enemigo jurado de Israel; y, además, es dueño de la cadena de noticias Al Jazeera, uno de los medios más hostiles a Israel en el mundo.

Por lo tanto, las revelaciones de la semana pasada, que sugieren nexos profundos y ocultos entre la oficina del primer ministro de Israel, Netanyahu, y el reino de Qatar, parecen inverosímiles.

Según la investigación periodística del Canal 12 (el canal principal en Israel), tres individuos distintos con puestos en la oficina del primer ministro israelí trabajan o trabajaron en el pasado cercano para Qatar, y uno de ellos, incluso, recibió dinero del reino durante la guerra en Gaza —algo que, de comprobarse, podría ser juzgado por traición a la patria—. No se trata de oficiales de bajo rango, sino de tres de las personas más cercanas a Netanyahu: su vocero militar, el vocero del Likud, el partido de Netanyahu, y uno de sus asesores y voceros más importantes.

A pesar de que públicamente Netanyahu ha criticado y tratado de cerrar la sucursal de Al Jazeera en Israel, y condenado a medias al reino de Qatar, los vínculos entre el primer ministro y el reino son bien conocidos desde hace algunos años. Qatar se convirtió en la última década en el mediador entre Hamas e Israel. Por años, Qatar ha transferido cientos de millones de dólares a Hamas, que utilizó estos recursos para construir su infraestructura militar y terrorista, además de prestar albergue a decenas de líderes de Hamas en Doha, incluidos sus líderes políticos. Netanyahu, por años, autorizó la transferencia de estos recursos hacia Hamas, e incluso la alentó, es decir permitió que Qatar financiara la infraestructura que la organización utilizó para atacar a Israel el 7 de octubre. ¿Con qué objetivo? Fortalecer a Hamas para evitar que otras facciones palestinas moderadas crecieran y así evitar tener que llegar a la solución de dos Estados.

Sin embargo, las revelaciones de esta semana indican un patrón aún más preocupante. Al parecer, Qatar ha trabajado por años para infiltrarse en la oficina del primer ministro. A dos de sus asesores los contrató para mejorar la imagen de Qatar de cara al Mundial del 2022, y a uno más, aunque sea difícil de creer, para asesorarlos en cómo responder ante los medios de cara a la crisis de los rehenes israelíes en Gaza. Según las investigaciones, este individuo le proporcionó a Qatar documentos israelíes clasificados. De llegar a confirmarse, estaríamos ante un caso de agentes dobles. La agencia de Seguridad Interna (Shabak) ha iniciado ya una investigación sobre estos nexos.

El primer ministro no ha negado las acusaciones; por el momento, sólo hay silencio. Si sus asesores más cercanos trabajan para Qatar, es decir, para Hamas, ¿qué nos dice esto sobre el primer ministro? ¿Cómo podría no saberlo? Si lo sabe, ¿cuáles son sus intereses? ¿Podría él también estar vinculado directamente con el reino enemigo? Una dura sombra recorre los pasillos de quien supuestamente debería defender los intereses de los israelíes que lo pusieron en el poder.

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