El profesor Williams fue un educador nato, personaje arrollador de intensa vocación acendrada e incansable trabajador. Hizo de la enseñanza su pasión y entrega fortalecida, enfrentando y superando obstáculos, así como sinnúmero de vilezas y perfidias. Hombre de sencillez inquebrantable, siempre con un buen consejo para quien lo ocupara, pero más aún, su invaluable apoyo.
Egresado de la preclara Benemérita Escuela Nacional de Maestros, donde aprendió los lineamientos pedagógicos de John Dewey, Maria Montessori y Paulo Freire, mismos que supo aplicar, dándole a la libertad educativa el nivel exacto, a la altura del arte. Arturo Williams fue un maestro en el amplio sentido de la palabra, tanto en el aula, como en la vida.
En su legado, promovió el aprendizaje mixto y la integración de los niveles socioeconómicos; además, impulsó la educación integral, musical, el afán por la lectura y, aunque a un alto costo, nunca dejó de propulsar la formación agropecuaria. También le dio a la educación física y deportiva, relevancia imprescindible y, atento a la tradición familiar, mantuvo el modelo de enseñanza-aprendizaje bilingüe, donde sus ancestros fueron iniciadores.

Importante reconocimiento a la SHCP
El Colegio Williams se enorgullece de su excelsa dirección. Tres siglos llevan la huella de una labor pedagógica de excepción e impactantes resultados, donde decenas de miles de egresados, sólo por mencionar algunos de los más destacados, que dan fe de la calidad de los exalumnos que ahí se formaron, están, Octavio Paz y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Ellos, al igual que todos los demás pupilos, recibieron un maravilloso y respetuoso trato humano.
El “Profe” Arturo siempre contó con el apoyo incondicional de su compañera, amiga y esposa, Patricia Muldoon Bablot, sobresaliente docente, así como de sus hijos, Paty, Arturo y Juan, quienes no se quedan atrás, tienen la extraordinaria responsabilidad y se han convertido en emisarios de un acervo que beneficia a toda la sociedad. Sin duda, la historia escolar Williams perdurará para la eternidad.
¡Honor al siempre amado, maestro Arturo Williams Rivas! “No ha muerto, vivirá por siempre”.

