TEATRO DE SOMBRAS

La guerra que vendrá

Guillermo Hurtado. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón
Guillermo Hurtado. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón Foto: larazondemexico

Los preparativos para lo que seguramente será la tercera guerra mundial están a la vista. Nadie podrá darse por sorprendido cuando comience el Armageddon.

Debemos agradecer a los europeos por la franqueza y transparencia con la que han hablado de ello. El pasado 18 de marzo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, hizo público el Libro Blanco sobre la defensa europea y el Plan ReArmar Europa/ Preparación 2030.

Dijo así la presidenta: “La era del dividendo de la paz hace mucho que acabó. La arquitectura de seguridad con la que contábamos ya no puede darse por sentada. Europa está dispuesta a estar a la altura de las circunstancias. Debemos invertir en defensa, reforzar nuestras capacidades y adoptar una actitud activa en materia de seguridad. Estamos tomando medidas firmes al presentar una hoja de ruta de ‘Preparación 2030’, con un aumento del gasto en defensa e importantes inversiones en las capacidades industriales europeas de defensa. Debemos comprar más producción europea, porque eso significa reforzar la base industrial y tecnológica de la defensa europea, y también estimular la innovación, así como crear un mercado de equipos de defensa a escala de la UE”.

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Entre las acciones urgentes recomendadas en estos documentos están las de fortalecer las defensas que involucren los recursos más avanzados de inteligencia artificial y de tecnología cuántica. Hablamos de inversiones multimillonarias que impulsarán la industria militar europea, pero, además, todas las ramas industriales, tecnológicas y científicas ligadas a ella. La Comisión recaudará en los mercados de capitales 150,000 millones de euros para que los países europeos pueden incrementar de inmediato sus inversiones en materia de defensa.

En opinión de Valdis Dombrovskis, comisario de Economía y Productividad y Aplicación y Simplificación los beneficios económicos y sociales de este plan para Europa serán enormes, incluso si no estalla la guerra. Así dijo Dombrovskis: “Esto también impulsará el crecimiento económico, fomentará la innovación y creará empleo, al tiempo que se garantizará la sostenibilidad fiscal. Europa estará a la altura de este reto”. Con ese optimismo desbordante, diríase que el futuro de Europa pinta de maravilla. Si no acaban sepultados por las bombas, los europeos vivirán una época de crecimiento económico, de desarrollo tecnológico y de bienestar social.

Algo semejante deben pensar los estadounidenses, los rusos y los chinos que se están armando a gran velocidad. Da la impresión de que los militares de esos países están limpiando sus misiles nucleares para que cuando los lancen estén relucientes. Mientras tanto los banqueros y los capitanes de la industria están haciendo cálculos alegres sobre todas las ganancias que obtendrán antes de la hecatombe.

Desde México todo esto nos parece una locura. Lo terrible es que no hay nada que los mexicanos podamos hacer para detenerlo. Somos testigos impotentes de los preparativos para el fin del mundo.

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Javier Solórzano Zinser. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón