CARTAS POLÍTICAS

El mundo bajo asedio

Pedro Sánchez Rodríguez. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón
Pedro Sánchez Rodríguez. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón Foto: Imagen: La Razón de México

En Colombia, el atentado en contra de un precandidato presidencial recuerda las épocas más cruentas de la violencia de los años noventa; en Estados Unidos, la política migratoria de Donald Trump y las redadas en los principales centros urbanos del país, han desatado protestas masivas en su contra, especialmente en California; en Medio Oriente, Israel lanzó un ataque “preventivo” en contra de Irán lo que posiblemente represente el inicio de una guerra entre dos potencias regionales; Ucrania lanzó el mayor ataque en territorio ruso desde la Segunda Guerra Mundial en contra de instalaciones militares; Pakistán e India están en continua tensión luego de la guerra de 100 horas de mayo.

Las democracias liberales están en un proceso de avanzada erosión y los esfuerzos realizados por Naciones Unidas para dirimir conflictos pacíficamente se han visto muy limitados. Esto implica que el costo de ignorar las Constituciones y las leyes, no tomar en cuenta las mejores prácticas democráticas e incluso pasar por alto de forma discrecional algunos derechos humanos, cada vez es más bajo. A la par, el costo de iniciar conflictos bélicos y atacar a otras naciones también ha disminuido drásticamente en los últimos años.

Colombia: El atentado en contra de Miguel Uribe Turbay sacudió el país y revivió sus épocas más tristes. Uribe Turbay es senador de Colombia y precandidato presidencial por parte del Partido Centro Democrático, oposición a Gustavo Petro. Es nieto del expresidente de Colombia Julio Turbay y sufrió el secuestro y asesinato de su madre Diana Turbay a manos del Cártel de Medellín de Pablo Escobar. El atentado rememora aquellas épocas tristes de la violencia política, del narcotráfico y la guerrilla en Colombia, a la par que la reacción del Presidente Petro atiza la polarización política que ha llevado al impasse legislativo.

Los Ángeles: Las redadas efectuadas por el gobierno de Donald Trump en contra de migrantes sin documentos en Estados Unidos, han provocado movilizaciones en sus principales ciudades. Los operativos realizados por el ICE (Immigration and Customs Enforcement) han mostrado la separación de familias y uso excesivo de la fuerza en las detenciones que han realizado, lo que ha provocado la indignación y la protesta en comunidades con presencia latina. Los movimientos han evolucionado a ser una manifestación en favor de la diversidad, el pluralismo y el reconocimiento de diferencias étnicas en Estados Unidos, utilizando las banderas de los países de migrantes como símbolo de las protestas.

Medio Oriente: El Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, salió a televisión nacional y difundió al mundo entero que atacó instalaciones nucleares y objetivos militares y científicos de Irán, así como que el ataque se prolongará indefinidamente por razones de defensa propia y por el incumplimiento de Irán en la no proliferación de armas nucleares. En correspondencia, Irán ya inició ataques en contra de Tel Aviv. Este conflicto, que por años se mantuvo latente, ha escalado de forma directa entre ambos Estados, dejando atrás la guerra en la sombra que caracterizó su relación. El conflicto puede rápidamente escalar a un conflicto regional.

Ucrania y Rusia: En una escalada sin precedentes desde el inicio del conflicto en 2022, Ucrania lanzó un ataque coordinado contra objetivos militares estratégicos en territorio ruso, incluyendo depósitos de armas y centros de comando en la región de Bélgorod y Kursk. Este ataque representa el mayor desde la Segunda Guerra Mundial perpetrado por fuerzas extranjeras sobre suelo ruso. La ofensiva busca debilitar la capacidad de respuesta de Rusia y generar presión interna sobre el Kremlin. Sin embargo, el gobierno de Putin respondió con bombardeos masivos en Kiev, acentuando la dimensión total de la guerra. Mientras tanto, la mediación internacional sigue estancada, y Europa observa con creciente preocupación la posibilidad de una expansión del conflicto a otras regiones del continente.

India y Pakistán: La región de Cachemira vuelve a ser foco de tensión entre dos potencias nucleares. Tras el conflicto de mayo que duró poco más de 100 horas, ambos países han incrementado su presencia militar en la Línea de Control. Pakistán acusa a India de realizar incursiones ilegales y violaciones a los derechos humanos de la población musulmana en la región; India, por su parte, sostiene que se trata de operaciones antiterroristas en respuesta a ataques de insurgentes apoyados por Islamabad. Aunque se ha evitado una guerra a gran escala, los incidentes fronterizos y la retórica belicista en ambos lados aumentan la fragilidad del equilibrio. La comunidad internacional mantiene un llamado a la moderación, pero su capacidad de influencia se ha visto limitada por la falta de voluntad política de ambos gobiernos.

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