POLITICAL TRIAGE

Irán se queda sola

Montserrat Salomón. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

Irán vive momentos de gran tensión luego de que EU se sumara a los ataques de Israel a su territorio. Si el conflicto con Israel pintaba mal y ya en unos pocos días era notoria la diferencia de fuerza y de poder destructivo entre ambas naciones, la intervención estadounidense ha venido a desequilibrar significativamente el conflicto.

Al pasar las horas parece que Irán duda o no encuentra una respuesta ante estos ataques y que se ha limitado a la amenaza mientras el mundo observa preocupado el desenvolvimiento de los eventos en la región. La comunidad internacional teme la respuesta de Irán que podría desatar un conflicto global de grandes proporciones y con consecuencias insospechadas. Sin embargo, parece que los aliados de Irán brillan por su ausencia o han optado por un acercamiento mesurado y diplomático.

Irán no cuenta con grandes apoyos. Más que Estados, la respaldan grupos y milicias con una reputación cuestionable. Hamas y Hezbolá, por ejemplo, han sido clasificados como grupos ligados al terrorismo y actualmente se encuentran debilitados y dispersos en diversos conflictos, por lo que no se ve que tengan la fuerza y el enfoque para levantarse como aliados de Irán y preocupar al mundo.

Otros aliados circunstanciales se encuentran en Latinoamérica. Los países miembros del ALBA, encabezados por Venezuela. El gobierno de Maduro tiene relaciones comerciales con Irán, principalmente a causa del petróleo, y ha mostrado su apoyo en foros internacionales. Sin embargo, no se espera ningún apoyo militar ni pronunciamiento radical más allá de un llamado a Israel a dejar las hostilidades.

Rusia y China sí son aliados potenciales con el suficiente poder e influencia para llevar este conflicto a una escalada global. Sin embargo, no parece probable esto puesto que Rusia, por su parte, está ocupada con su propia guerra contra Ucrania a la vez que tiene que sortear múltiples sanciones internacionales. Putin, como el gran estratega que es, ha preferido elevar sus bonos al ofrecerse como mediador en el conflicto mientras avanza posiciones contra Ucrania aprovechando la cortina de humo.

China, por el otro lado, se ha mantenido un tanto al margen llamando al diálogo y a la diplomacia. Sus intereses comerciales están en el centro de su atención y su meta se dirige a evitar que Irán bloquee el estrecho de Ormuz, lo que pondría de cabeza la economía global. Su pragmatismo la hace buscar que sus buenas relaciones con los países de la región se mantengan para no afectar sus intereses.

Así las cosas, Irán está aislado y en una pobre posición para negociar. La guerra nos traerá invariablemente tiempos difíciles para la economía, pero parece improbable que vayamos a presencial un conflicto global a mayor escala.

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