¿Está el esfuerzo de seguridad y de paz diariamente dinamitado o es la seguridad un fenómeno cotidiano y progresivamente en avance? ¿El tremor de organismos delictivos combatidos por el gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum o la eficiencia del Estado mexicano a la cual responde el depredador herido con el asesinato de servidores públicos del área de justicia o de seguridad?
Las estampas de ambas realidades pueblan la opinión pública. La paz es equilibrio frágil y en construcción permanente. La capacidad institucional de prevenir, limitar, reducir y sancionar la violencia criminal es respondida con atentados, agudizamiento de la pelea entre grupos perdedores de liderazgos y en lucha por nuevos. Construcción y fractura.
El asesinato del delegado de la Fiscalía General de la República en Tamaulipas, Ernesto Vázquez, con una granada y con sicarios en varios vehículos en la fronteriza Reynosa, es la representación brutal de las desigualdades estatales en el fortalecimiento de la seguridad pública.

A un mes de la explosión
La respuesta institucional clara, firme y estratégica de Sheinbaum enfrenta retos ante la capacidad de fuego de los criminales en lugares como Tamaulipas, donde desde los años 80 la delincuencia ocupó las universidades públicas e invadió con diferentes colores posteriores segmentos clave de los gobiernos del estado.
Desde la Ciudad de México se fortalecen instituciones y capacidades con un legado de institucionalidad fortalecido por Sheinbaum y ampliado por Brugada mientras el puente de la ciudadanía asertiva y denunciante es indispensable para conocer más precisamente el fenómeno y combatirlo mejor.
La Unidad de Inteligencia Financiera comienza una nueva etapa con el nombramiento de Omar Reyes como titular. La UIF tendrá un impulso técnico y operativo para acelerar el ritmo de acción. Reyes no es un burócrata de escritorio, fue director de la Oficina Central Nacional de Interpol México, y colaborador en los equipos de Sheinbaum y del secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch.
El fortalecimiento de capacidades como la inteligencia financiera para seguir el rastro del dinero, el nombramiento de perfiles técnicos que entienden la seguridad desde la información, y programas como Sí al Desarme Sí a la Paz, a punto de cumplir en estos días el millar de armas destruidas, son indicadores de un ánimo institucional a profundizar y extender.
Una granada destruyó con otras armas la vida de un servidor público. Quebrantó la tranquilidad de un momento en una región ya accidentada. Sin embargo, hay procesos sólidos para la recuperación de una paz propulsada desde los centros urbanos con avances y en contra del imperio de impunidad delincuencial de otras zonas.

