La visita del secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, a nuestro país abrió las cartas y dejó ver la agenda que mantendrá el presidente Donald Trump durante su mandato. El Gobierno mexicano acusó recibo y entendió rápido el mensaje. No sólo se van a intensificar las acciones contra los grupos narcoterroristas, también van contra todo aquel que proteja o cobije a líderes criminales.
Desde su arribo al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles y más allá de las dos horas que tardó en llegar a su hotel en la zona de Polanco —que, dicho sea de paso, fue motivo de críticas, chunga y hasta memes en redes sociales— Rubio dejó claro que en la mira de Trump está Nicolás Maduro y todo lo que huela a él.
Lo anterior pudimos comprobarlo la semana pasada, cuando Fuerzas Armadas de EU destruyeron una lancha que, de acuerdo con informes de inteligencia, había partido de Venezuela con un fuerte cargamento de droga.
El mandatario estadounidense asoció la embarcación con la organización criminal venezolana llamada Tren de Aragua y aseguró que al momento del ataque, la lancha se encontraba en aguas internacionales.
Por su parte, el Gobierno de Venezuela dijo que el video fue creado por Estados Unidos por medio de Inteligencia Artificial para alentar la guerra y desafiar.
También aseguró que dos de sus aviones de combate realizaron sobrevuelos al buque gringo, cosa que no cayó nada en gracia al Departamento de Defensa norteamericano.
Mientras tanto, Marco Rubio recalcó que no le importaba lo que opinara la ONU sobre el ataque que concretaron contra narcos venezolanos.
Externó confianza en México para continuar cooperando en la lucha contra los cárteles de la droga y así frenar el tráfico de fentanilo hacia la Unión Americana. Pero no opinó lo mismo de Venezuela.
“En el caso de Venezuela no pueden cooperar con nosotros porque ellos son parte del terrorismo. Maduro no es un gobierno, tampoco un régimen político, es una organización criminal que se ha apoderado de un territorio”, declaró durante su llegada a Ecuador.
Para rematar y por si algo faltara, el presidente de Estados Unidos firmó una orden ejecutiva para cambiarle el nombre al Departamento de Defensa. Ahora quiere que se llame: “Departamento de Guerra”, sí, leyó usted bien.
Con este cambio, Trump buscaría promover una imagen mundial de que sus Fuerzas Armadas son las más poderosas.
¿Qué tal? Todo lo que le cuento, en menos de una semana. ¡Lo que nos falta!
Basta por hoy, pero el próximo lunes… regresaréeeeeeeeee!!!