PESOS Y CONTRAPESOS

¿Hacia la recesión?

Arturo Damm Arnal. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

Una recesión económica se define, según los cánones en la materia (discutibles, dicho sea de paso), como dos o más trimestres consecutivos de crecimiento negativo del PIB, que es la producción de bienes y servicios para el consumo final. La última recesión de la economía mexicana fue la que tuvo lugar entre el tercer trimestre del 2019 y el primero de 2021. Duró siete trimestres. ¿Qué ha pasado en 2025?

En términos anuales, comparando cada trimestre con el mismo trimestre del año anterior, éste fue el crecimiento de los dos primeros trimestres del año: 0.7% y 1.2%. La buena noticia: en el segundo trimestre la economía creció más que el primero. 0.5 puntos porcentuales más, el 71.43%. La mala: el crecimiento del segundo trimestre fue muy bajo. La pregunta: esta tendencia hacia un mayor crecimiento, ¿se mantendrá en los próximos trimestres? Para responder veamos que pasó, según el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), en julio y agosto, y qué pudo haber pasado, según el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE), en septiembre, los tres meses que integran el tercer trimestre del año.

Según el IGAE, en términos anuales, comparando cada mes con el mismo mes del año anterior, en julio la producción de bienes y servicios decreció 1.2% y creció 0.0% en agosto. Estos son los datos observados, lo que pasó en esos dos meses. Según el IOAE, también en términos anuales, en septiembre la producción de bienes y servicios pudo haber decrecido 0.6%. Este es un dato estimado, una “proyección” del pasado, no el dato observado, que conoceremos hasta el 21 de noviembre.

Considerando las cifras del párrafo anterior, el crecimiento promedio anual entre julio y septiembre fue menos 0.6%, con lo cual, de confirmarse el IOAE de septiembre, habremos tenido un trimestre de crecimiento negativo, el primero de los dos que se requieren para, según la definición canónica, tener oficialmente una recesión.

Según el promedio de las 45 respuestas recibidas por el Banco de México, en la encuesta de septiembre a los principales economistas del sector privado, en el cuarto trimestre del año la economía podría crecer 0.90%, con lo cual, de coincidir la proyección con el dato observado (algo que raramente sucede, por la sencilla razón de que somos economistas no adivinos), y según la definición canónica de recesión (dos o más trimestres consecutivos de crecimiento negativo), la habremos librado, pero el crecimiento seguiría siendo muy bajo.

Durante el primer trimestre la economía creció 0.7%; a lo largo del segundo 1.2%; durante el tercero podría haber decrecido 0.60%, y a lo largo del cuarto podría crecer 0.90%. De ser así el crecimiento de 2025 sería 0.55%. En 2022 fue 3.73%. En 2023, 3.35% (0.38 puntos porcentuales menor, el 26.81%). En 2024, 1.20% (2.15 puntos porcentuales menos, el 64.18%). En 2025, 0.55% (0.65 puntos porcentuales menos, el 54.17%). Sumaríamos tres años con crecimiento, no solo bajo (malo), sino también a la baja (peor), lo cual, al final de cuentas, y esto es lo grave, limita las posibilidades, para millones de mexicanos, de lograr, gracias a su trabajo, ¡como debe ser!, mayor bienestar, que es el fin de la economía.

Podremos librar la recesión, pero no el crecimiento insuficiente.

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