HABLANDO DE DERECHOS

Las brujas villanas de una historia mal contada

Jacqueline L'Hoist Tapia<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Jacqueline L'Hoist Tapia*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

A lo largo de la historia hemos visto a las brujas como villanas: en películas, relatos, cuentos, y por mucho tiempo se ha usado este término como un insulto hacia las mujeres, para burlarse de su apariencia o de su personalidad. Hoy sabemos que las cacerías de brujas representan un episodio oscuro en la historia de la humanidad, donde mujeres que se salían de los roles tradicionales eran perseguidas y asesinadas por la autoridad religiosa.

Durante el siglo XV, la figura de “bruja” fue usada por el cristianismo como sinónimo de herejía y maldad. En este periodo se difundió la idea de que las brujas eran mujeres que hacían pactos con el demonio, causaban enfermedades, tormentas o la muerte de niños. Bajo esta idea, se justificó la persecución y ejecución de aproximadamente 100 mil mujeres, cuando en la realidad, estas mujeres “brujas” no eran más que curanderas, parteras, mujeres que leían y estudiaban sobre el cuerpo y la naturaleza, eran mujeres que poseían conocimientos sobre el cuerpo y la salud, saberes obtenidos por la observación y el estudio, pero debido a la ignorancia y al no querer perder control sobre las creencias, el sistema religioso las intentó exterminar. Se podría decir entonces que las cacerías de brujas, llevadas a cabo entre los siglos XV y XVIII, fueron los primeros feminicidios registrados, que se llevaron a cabo de manera sistemática por parte de las autoridades religiosas del cristianismo para ejercer control sobre este grupo de población, incluso contra mujeres que nada tenían que ver con los atributos de las supuestas brujas, pero que eran señaladas como tal para poder exterminarlas.

Posteriormente a esta época oscura, el estigma continuó. La idea de las mujeres como malvadas y “brujas” persistió en cuentos y relatos, reforzando la mala reputación de las mujeres, pero también generando otras ideas como “la peor enemiga de una mujer es otra mujer”, y esto hoy en día lo continuamos viendo en cuentos y películas como La Bella durmiente, Blancanieves, Cenicienta, etc., donde “la bruja malvada” envidia a la doncella. Conforme fue pasando el tiempo y se ampliaron los estudios sobre esta etapa en la historia, se fue descubriendo que las brujas fueron villanas de una historia mal contada. Hoy las recordamos como un claro ejemplo de resistencia frente al poder que busca menoscabar la libertad.

Las brujas fueron pioneras en la lucha por los derechos de las mujeres, en lugar de usar el término como insulto o para referirse a algo malo, hoy se usa como un halago para reafirmar la memoria de todas las mujeres que fueron víctimas al ser quemadas en las hogueras.

Ser bruja hoy, representa sabiduría, espiritualidad, intuición y empoderamiento. Al final del día, su capacidad de resistir perduró estos hechos atroces, porque muchos de los conocimientos y la sabiduría lograron ser rescatados y transmitidos durante generaciones. De ahí que en muchas marchas y manifestaciones feministas se utilice la frase “somos las hijas de las brujas que no pudieron quemar”. Así que va la invitación a que todas las niñas se vistan de brujas y ¡vuelen alto y libres!

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