LAS CLAVES

Libros recibidos

Carlos Olivares Baró. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

Leer hasta que se nublen los ojos y las palabras conformen su geografía. Recibir libros se convierte en un suceso alegre. El mensajero toca la puerta y entrega el sobre con sorpresas editoriales. Las manos tiemblan al recibir el fardo. Sonrisa derramada. Los volúmenes huelen a tinta fresca. Llegan nuevos inquilinos para la biblioteca: hay que encontrarles un lugar en los estantes. Algunos van a la fila de los pendientes; otros, a la urgencia de las entrevistas con sus autores. Reseño aquí tres libros recibidos últimamente, los cuales han sido cómplices de mis soledades. El acto de leer como una búsqueda de la gracia.

Vimos casas hundirse (Tusquets, 2025) / Años 90, construcción de la hidroeléctrica de Zimapán, Querétaro: índice de progreso y también de desplazamiento de comunidades. Debut novelístico de la poeta y ensayista Yol Segura en que los gestos íntimos se entrelazan con circunstancias colectivas. Cuerpo y memoria en un mapa narrativo desbordado de vacilaciones a través de un imaginario que hilvana el pasado y lo inserta en el presente. Personajes enfrentados a lo que se agrieta, aquello que se demuele de manera desafiante.

Relato-metáfora de lo eventual, de lo que parece sólido, pero puede desplomarse: los personajes son testigos de la calamidad, no pueden desdeñarla. Segura entrega una novela disidente en que lo amoroso entra por los intersticios de esas sofocantes franjas familiares que limitan forjar una identidad. “Reconstrucción sobre cómo el poder político y económico van tramando sus redes para enmarañar nuestro futuro. Una novela hermosa”, ha suscrito Juan Pablo Villalobos.

Nadie recuerda su propia muerte (Random House, 2025), de Berenice Andrade Medina. Premio Mauricio Achar Random House 2024. Lienzo narrativo que entrelaza el universo mágico pueblerino con las teorías de la psiquiatría contemporánea. Exploración de los trastornos mentales y los espejismos místicos en el entorno del México rural. Historia de Georgina, quien sospecha que se está volviendo loca y regresa a una comunidad del sureste del Istmo de Tehuantepec, pueblo natal de sus abuelos.

Indagación en la idea de que las enfermedades mentales en mujeres se imputan a estar embrujadas. “¿La locura se hereda como las maldiciones? ¿Con qué limpia se curan las brujerías de los genes?”: inicio de una historia que transita por lo trágico y el humor negro a través de un discurso narrativo en tensión constante que traza un cotejo de los límites del imaginario mágico con los presupuestos del pensamiento científico. Alternancia de la primera persona con la tercera persona omnisciente en el logro de una fábula de augurios y peligros invisibles que atrapan al lector desde las primeras páginas.

Fieras interiores (Random House, 2025), de Andrés Cota Hiriart. El cuerpo humano inundado por bichos imperceptibles y parásitos diversos. Cuaderno turbador y, asimismo, fascinante que nos sumerge en codificaciones biológicas y literarias en un despliegue de criaturas alucinadas, las cuales conforman un cosmos delirante dentro de nuestras entrañas. Remembranza familiar centrada en la presencia de bacterias horripilantes y sigilosas que nos modelan. “La biología ha encontrado a su Sherezade”, afirma Irene Vallejo.

Vimos casas hundirse

Autora: Yol Segura

Género: Novela

Editorial: Tusquets, 2025

Vimos casas hundirse ı Foto: Especial
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