El ambiente político en México para las mujeres se nos muestra hostil; en un día como el 25N, donde debería haber mayor apertura a escuchar demandas y hacerse presente, el Gobierno decide levantar vallas para proteger edificios y monumentos.
Y el senador Noroña dice: “Sostengo, cierro, que la alcaldesa Quiroz de Uruapan ha decidido asumir una posición de ultraderecha fascista, y que se le ha despertado la ambición y que buscará la gubernatura de Michoacán”. Ante estas declaraciones, las mujeres de Morena responden con tibieza. Por un lado, la Presidenta le manda decir: “Hay que respetar”, y por otro, la secretaria de las Mujeres, Citlalli Hernández, le pidió a Gerardo Fernández Noroña mayor empatía. Pero ninguna le solicitó lo más importante, que se disculpara con la alcaldesa Grecia Quiroz por la violencia política con que fue tratada.
Que este desafortunado hecho suceda precisamente el 25 de noviembre no es menor y recordamos a las hermanas Mirabal. “Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte”, dijo Minerva Mirabal. Ellas eran activistas opositoras a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en República Dominicana, fueron asesinadas en una emboscada por parte de este régimen y desde entonces son recordadas como un símbolo de lucha y resistencia contra la violencia, tanto así que en 1999 la ONU fijó esta fecha como el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y las Niñas.

Reconocimiento al Ejército
65 años después de este suceso, nos encontramos ante un panorama crítico en el mundo. La polarización ha incrementado, se han dejado a un lado las agendas de las mujeres y, en el caso específico de México, la eliminación de la violencia contra las mujeres se ha convertido más en un discurso y en simbolismos llenos de contradicciones que en acciones y resultados concretos.
¿Cómo se encuentran las mujeres en el país? Las cifras revelan un escenario duro: De acuerdo con el Inegi, en México existen 20.1 millones de mujeres que viven en situación de pobreza multidimensional, mientras que la cifra de hombres es de 18 millones. La pobreza la siguen padeciendo las mujeres. El 66.3% de las mujeres indígenas están en situación de pobreza y 45.8% de las mujeres en situación de pobreza viven en zonas rurales. Muchas mujeres siguen viviendo violencia, pobreza extrema y discriminación, falta de acceso a la justicia, salud, educación y empleo.
Se habla mucho de la reducción de los feminicidios cuando lo que tenemos en realidad es una cifra negra exorbitante. De enero a agosto de este año se registraron 444 feminicidios y mil 426 homicidios dolosos de mujeres; se cree que estos registros equivalen al 7% del total de feminicidios ocurriendo en el país, con una cifra negra del 93%. A esto se suma la cifra de 16 mujeres desaparecidas al día y, sobre violencia digital, de acuerdo con el Módulo sobre Ciberacoso de 2024, aproximadamente 10.6 millones de mujeres experimentaron violencia digital.
Para que los brazos de las que ya no están salgan de la tumba más fuertes, como lo mencionó Minerva Mirabal, se necesitan políticas públicas claras, inversión en estrategias de prevención, garantías reales de justicia para las víctimas, protección efectiva, educación con perspectiva de género desde la infancia, y no sólo aprobar leyes, sino implementarlas de manera eficaz, asignando recursos. Sólo así podremos ver un cambio y una transformación real y clara, sin políticos misóginos como el senador Noroña.

