La semana pasada un buen amigo me dijo algo en lo que coincido y le doy toda la razón: “Está de moda insultar a la prensa”. Y es que, al parecer, en los últimos años el trabajo periodístico ha sido incómodo u ofensivo para algunos personajes públicos y figuras mediáticas. Para muestra un botón. El presidente número 47 de Estados Unidos es la viva muestra de la intolerancia hacia la prensa y la falta de respeto a los reporteros.
Hace apenas dos semanas, a bordo del Air Force One, Donald Trump fue abordado por Catherine Lucey, reportera de Bloomberg, quien le cuestionó sobre los archivos del fallecido financiero Jeffrey Epstein y la relevancia de los documentos.
El mandatario se molestó respondiéndole “cállate cerdita”, declaración que de inmediato se viralizó en redes sociales por lo ofensivo de su respuesta.

Ahora sí, a transparentar concesiones
Por si fuera poco, el pasado miércoles, Trump volvió a ser noticia por insultar a otra reportera. Esta vez a Katie Rogers, del diario The New York Times, publicó un artículo donde sugería que al inquilino de la Casa Blanca se le veía cansado y sin energía.
Eso bastó para que el presidente estadounidense dijera que ella era “fea por dentro y por fuera” y descalificara el contenido de su texto.
La última, y no menos relevante, se suscitó justo un día después. El jueves, la reportera Nancy Cordes de la cadena CBS, le preguntó por qué culpaba a la administración del expresidente Joe Biden de los ataques a dos integrantes de la Guardia Nacional en Washington.
Trump, visiblemente molesto e iracundo, le dijo: “Porque ellos los dejaron entrar (en referencia a los afganos que perpetraron el ataque) ¿eres estúpida? ¿eres una persona estúpida?”, le contestó el mandatario.
Ante estos lamentables episodios, las acusaciones de misoginia no se hicieron esperar, ya que curiosamente fue a 3 mujeres a las que el presidente estadounidense ofendió y faltó al respeto de manera deliberada.
Tristemente descalificar y maltratar a los periodistas no es propio de la prensa gringa. En los últimos años se ha convertido en un fenómeno mundial que cada vez se pone más de moda.
Tendríamos que hacer un alto en el camino y preguntarnos seriamente ¿qué pasó? ¿En qué momento se cedieron esos espacios de cuestionamientos libres al poder? hablando de prensa política, y ¿por qué se permiten estas faltas de respeto al periodismo de datos duros e investigación?
Tal vez, desde que la libertad de expresión se ha visto amenazada desde las altas esferas, de cualquier gobierno y cualquier país.
Basta por hoy, pero el próximo lunes… regresaréeeeeeeeee!!!

