Arturo Vieyra

Camino a la desaceleración

BRÚJULA ECONÓMICA

Arturo Vieyra *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Vieyra 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Parece descomponerse de forma moderada la reciente trayectoria de la economía. Cifras de coyuntura reflejan una pausa, o bien, de plano un deterioro en el proceso de recuperación, lo que perfila en el mejor de los casos una desaceleración del crecimiento en el tercer trimestre del año. Si bien este comportamiento no se ha reflejado en las expectativas de crecimiento de los analistas para este año -que permanecen ligeramente arriba del 6.0% en línea con el pronóstico oficial-, los indicadores mandan una señal clara de prevención que vale la pena revisar.

En efecto, recientemente una serie de indicadores de actividad productiva muestran menor vigor en el desempeño económico. Comenzando por el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE, proxi mensual del PIB), que en julio mostró resultados positivos pero modestos, creció 0.5% mensual que, si bien es positivo, está por debajo de la proyección del consenso (0.8%), además hay que tomar en cuenta que en junio el IGAE se redujo 1.1% respecto a mayo. Así, si evaluamos el bimestre junio-julio, se registra una caída de la producción nacional de 0.6% respecto al bimestre abril-mayo

El desempeño reciente de las ventas al menudeo resulta todavía más decepcionante. El Inegi reporta dos caídas mensuales consecutivas en junio y julio (-0.8% y -0.4%, respectivamente). Incluso, en julio se reporta una caída de las ventas en los grandes rubros de la encuesta (vehículos, enseres para el hogar, ferreterías, textiles, papelerías, ventas por internet, abarrotes). Sin duda un mal mes para el comercio.

Quizá los datos más preocupantes corresponden a la estadística de comercio exterior de agosto. Se registran caídas mensuales en todos los rubros de exportación (petrolera y no petrolera) y de importación (bienes de consumo, intermedios y de capital). Este comportamiento manda una señal clara de mal desempeño del los mercados interno y externo.

Finalmente, se dieron a conocer los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) de agosto. Los resultados tampoco fueron del todo buenos, pues a pesar de que la tasa de desempleo mostró una reducción marginal hasta 4.3% de la población ocupada desde 4.4% en julio, se registra una caída en el empleo de al menos 350 mil puestos de trabajo en el mismo lapso. Esta aparente contradicción obedece principalmente a que una parte de la población se retiró del mercado de trabajo -de nueva cuenta- debido muy probablemente al impacto de la tercera ola de contagios Covid19.

A la luz de la feria de indicadores presentados es evidente el deterioro en el proceso de recuperación productiva. Las causas son variadas, pero pueden sintetizarse en cuatro grandes aspectos (1) la pérdida de dinamismo de la actividad manufacturera mundial, particularmente de Estados Unidos en algunas industrias clave como la automotriz; (2) la persistente falta de algunos insumos en la industria derivada del rompimiento de las cadenas productivas; y (3) el impacto de la tercera ola del Covid-19 que de nueva cuenta provoca limitaciones en el consumo de servicios, principalmente el turismo; y finalmente, pero no menos importante, (4) el reciente incremento de la inflación que claramente promueve un freno al consumo de las familias.