Plan de defensa europeo beneficia a productoras de armas de ese continente

La Unión Europea presentó un nuevo proyecto de defensa para dejar de depender de Estados Unidos y beneficiar a la industria armamentista dentro de su territorio.

Serán mil quinientos millones de euros del presupuesto de la UE los que se van a invertir durante los próximos años en la industria de defensa, así lo anunció la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Con este anuncio, Europa deja claro que quiere reconstruir la industria militar dentro del continente y todo esto sucede en medio de un conflicto entre Rusia y Occidente que podría explotar en cualquier momento.

Como una de las medidas de lo que se define como una “economía de guerra”, se dio a conocer que los Estados miembro van a adquirir al menos 40 por ciento de su equipo de defensa de manera colectiva para reforzar su potencial militar.

La guerra en Ucrania fue el detonante para que los países del bloque europeo tomaran la decisión de adquirir armamento de manera conjunta; así lo reconoció el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, a medios europeos, quién también definió este proyecto como el inicio de una “economía de guerra” para seguir alimentando el conflicto en territorio ucraniano.

Otra de las medidas clave de este nuevo plan de defensa militar es que para el año 2030 al menos 50 por ciento de las compras de armamento de los países miembro se realice con empresas del bloque, hasta llegar a 60 per ciento del total de compras para el año 2035.

Desde el inicio de la guerra en Ucrania se calcula que 70 por ciento de las compras de armamento militar provienen de la industria estadounidense. Lo que muestra la gran dependencia que tiene Europa de la producción de armas en Estados Unidos.

Con este renovado proyecto de defensa, la Unión Europea también plantea un sistema basado en la reserva de armas, como sucede en EU, para intensificar la venta y producción armamentista en el continente y beneficiar a la industria militar de la región.

Con estas medidas enfocadas a la reactivación de esa industria armamentista en Europa, se alerta ante lo que podría ser una guerra a gran escala y, al mismo tiempo, librar a Europa de la dependencia que mantiene en adquirir armas de Estados Unidos, el principal productor a nivel mundial.

Las elecciones en Estados Unidos han puesto muy nerviosos a los líderes europeos ante el posible regreso de un personaje con ideas radicales como Donald Trump, quien ha puesto en duda sobre todo el continuar financiando la guerra en Ucrania que lleva más de dos años y no parece tener fin.

No hay que ser un experto en economía internacional para entender que esta nueva estrategia de defensa quitará recursos a otras industrias que podrían verse afectadas ante la decisión de reforzar la producción, compra y almacenamiento de armas en territorio europeo; además de que disminuiría el lucro de las empresas estadounidenses.