Hagan cancha

FRENTE AL VÉRTIGO

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Este martes, se lanzó el “punto de partida” de una nueva organización para hacer frente a Morena en las próximas elecciones de 2024: Mexicolectivo. Si bien este nuevo grupo se deslinda de otras alianzas partidistas, como Va por México, la alianza del PRI, PAN y el PRD, u otras organizaciones como Sí por México, de Claudio X. González, su evento de lanzamiento contó con la asistencia de personajes políticos de antaño, que la verdad es que ya no resultan interesantes (si es que alguna vez lo fueron). En algunas fotos del evento existe un patrón que sí llama la atención, el blanco de los trajes y las canas en el pelo: se puede observar a Francisco Labastida, José Narro o Josefina Vázquez Mota.  

Quizás uno de los elementos más significativos del evento fue la participación activa de Movimiento Ciudadano en este colectivo que se autodenomina “apartidista”, con la representación del dirigente del partido, Dante Delgado, y algunos de sus miembros más destacados. Esto último es interesante, dada la reticencia de MC de acompañar otros esfuerzos de la alianza PRI, PAN y PRD y la curiosa decisión de participar en este esfuerzo y aportar sus argumentos “progres” e igualitarios, a una causa nutrida, principalmente por viejos políticos.

¿Este movimiento es un mecanismo para hacer campaña anticipada, por parte de un sector de la oposición, o sí es en serio?

No deja de ser contradictorio que la agenda de país que se pretende construir, de manera colectiva y fuera de los canales de los partidos políticos, sea una vez más iniciada por los mismos que las han construido, por lo menos, desde hace cuarenta años. Sería injusto no decir que el colectivo sí cuenta con la participación de jóvenes políticos y luchadores sociales, pero es una realidad que el foro no le pertenecía a la juventud, sino al pasado que se aferra a no irse.

¿Es mucho pedir que tanto los organizadores o los medios no se permitan ser presos de la nostalgia y se resistan a querer revivir los tiempos de antaño?

¿Es demasiado pensar que debieran utilizar su capital político, sus recursos, su influencia para posicionar o escuchar a nuevas figuras, con nuevas ideas y nuevas visiones?

Vale la pena reflexionar sobre esto porque, de lo contrario, estamos condenados a escuchar nuevas promesas de quienes no las han cumplido, y nuevos ideales de quienes dejaron de perseguirlos. México no puede estar a merced de la necesidad de las viejas figuras de redimirse o de su nostalgia por seguir participando en la política. No basta que inviten a un par de millennials para que se pongan a hablar de trans y derechos humanos en su fiesta. He ahí la hazaña de la que hablan: ¡compartan el micrófono, cedan la primera fila, inviertan en el futuro, aunque no les pertenezca, hagan cancha a los jóvenes!