Primer Debate Presidencial

CARTAS POLÍTICAS

Pedro Sánchez Rodríguez*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Pedro Sánchez Rodríguez
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Este domingo 7 de abril a las 8 de la noche se realizará el primer debate presidencial en el que participarán la candidata de Morena, PVEM y PT, Claudia Sheinbaum; la del PAN, PRI y PRD, Xóchitl Gálvez y el de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez. La moderación del debate estará a cargo de Denise Maerker y de Manuel López San Martín. Los moderadores recibieron un banco de 108 preguntas recabadas por el INE, de las cuales elegirán 30 que realizarán a las candidatas y el candidato.

Claudia Sheinbaum externó que para el segundo debate propondrá al INE que sea el Instituto quien seleccione las preguntas a realizarse y no los moderadores y que, además, sean ciudadanos y no los moderadores los que lean las preguntas. La campaña de Sheinbaum también se pronunció en contra de la designación de López San Martín como moderador por sus críticas a Hugo López-Gatell, el zar anti-covid del gobierno de López Obrador.

Todas las candidaturas llegan al primer debate presidencial con raspones producto del primer mes de campaña. Xóchitl Gálvez llega rodeada de una polémica provocada por la difusión de un video donde se ve a uno de sus hijos insultando a guardias de seguridad de un antro, que ha sido explotada con saña. Álvarez Máynez, por su parte, llega con acusaciones de acoso sexual por parte de una exintegrante de Movimiento Ciudadano. La campaña de Sheinbaum también se puede ver afectada por las acusaciones de enriquecimiento inexplicable por parte de Rocío Nahle, exsecretaria de Energía y candidata a la gubernatura de Veracruz y, por una polémica desatada por la pensión de 192 mil pesos que recibe el exministro Arturo Zaldívar, quien forma parte de su equipo de campaña.

A dos meses de las elecciones del 2 de junio, Sheinbaum sigue arriba en todas las encuestas alcanzando alrededor del 50% de la intención de voto, Gálvez alcanza el 35% y Álvarez Máynez el 7%. En el debate veremos a Sheinbaum hablando de sus propuestas, algunas ya presentadas en foros y difundidas en Lives de YouTube; a Xóchitl Gálvez, arrojando algunas propuestas, pero, sobre todo, señalando/atacando a la candidata de Morena y al Gobierno de López Obrador por sus fallas y, a Jorge Álvarez criticando a la “vieja política”, es decir a Morena y al Frente.

El debate se llevará a cabo en el Consejo General del INE y se denominará “La sociedad que queremos” en donde se abordarán temas relacionados con educación, salud, transparencia, combate a la corrupción, no discriminación, grupos vulnerables y violencia contra las mujeres. Los temas del debate se prestan, por supuesto, a la presentación de propuestas, pero también para que Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez, puedan enunciar de manera clara, contundente y comprensible las deudas del Gobierno de López Obrador en estas materias.

No se espera, porque nunca ha sucedido, que el debate presidencial pueda cambiar las tendencias. Lo que sí, es que mientras que se espera que Sheinbaum, por venir del partido incumbente, sea el foco de las críticas y los ataques, la expectativa está en lo que pueda decir Xóchitl Gálvez y que salga a relucir la elocuencia, ligereza y simpatía que la llevó a obtener la candidatura del PAN, del PRI y del PRD. Tiene un doble reto, por una parte criticar la administración de López Obrador de una forma evidente y que haga sentido, y, por otra parte, mostrar que Sheinbaum no tiene las características positivas de AMLO.

Por último, uno no deja de tener un desencanto con el proceso electoral que estamos viviendo. En este momento parece que no importa lo que suceda en las campañas, en los debates, si el Presidente opina o no sobre las elecciones, la calidad de los spots, el número de mantas y lonas en las calles. Las preferencias parecen fijas. Tantos recursos públicos y dinero invertido, tantas consultoras y mentes trabajando en las campañas y las preferencias no se mueven. Sheinbaum resultó ser una mejor candidata de lo que se esperaba, sin ser una extraordinaria candidata. Por el contrario, la campaña de Gálvez ha resultado ser mucho más aburrida y moderada de lo que se esperaba, siendo que la situación del país sí da para dotar de contenido a una campaña de oposición. Ojalá en estos dos meses despierten.