“Yo sentía que era menos negra si me alisaba mi pelo”, dijo Valeria Angola, del proyecto Afrochingonas, quien advirtió que ser una mujer afrodescendiente en la Ciudad de México implica ser para otros un “objeto de deseo” y que puede ser discriminado.
En entrevista con La Razón, la joven habló acerca de que la capital, pese a los avances que ha tenido en distintas áreas, aún vive con racismo y discriminación hacia este sector de la población. Su compañera, Scarlet Estrada, coincidió en que la comunidad afro está invisibilizada y que, a pesar de tener raíces en México desde hace más de 500 años, no fue reconocida en la Constitución Política hasta 2019.
- El dato: Afrochingonas también es un pódcast en Spotify en el que Scarlet Estrada, Valeria Angola y Marbella Figueroa hablan sobre el ser mujer afrodescendiente en la ciudad.
“Ser una persona afrodescendiente es político y para nosotras es histórico y tiene que ver con un movimiento que va mucho más allá de nosotras. En México hubo personas esclavizadas y nosotras somos descendientes de esa gente trabajadora”, comentó Scarlet Estrada.

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De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda de 2020 hecho por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en la Ciudad de México vivían 186 mil 914 personas que se autorreconocieron como afrodescendientes.
Esta cifra representa apenas 2.2 por ciento de la población total de la capital con una mayor concentración en Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Álvaro Obregón y Cuauhtémoc.
- 7 de cada 10 capitalinas consideran que hay discriminación por el color de piel
Para Afrochingonas esta cifra podría ser mucho más alta, pero histórica y culturalmente las características de las personas afro como la piel oscura, el cabello chino o los labios y ojos grandes se han visto como indeseables.
“Yo siempre supe que era negra. Mis papás lo sabían, mi hermano también lo sabía, todos lo sabíamos; sin embargo, yo trataba de ocultar mi negritud con mi pelo. Era la forma en la que me sentía bonita, porque claro, tú creces con estas ideas de que no eres linda por ser negra”, apuntó Valeria Angola.
Las historias de vida que han marcado a las activistas están respaldadas en la Encuesta de Discriminación de la Ciudad de México de 2021 hecha por el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación (Copred) y Grupo Mitofsky.
- 186 mil 914 personas se autorreconocieron como afrodescendientes en la CDMX
El estudio indica que siete de cada 10 capitalinos consideran que existe discriminación por el simple hecho de ser una persona afromexicana o afrodescendiente.
La discriminación viene principalmente por el color de piel, ya que tres de cada 10 personas encuestadas lo consideran así. A este grupo le siguen los insultos y agresiones que tienen que ver con lo rizado del cabello o los rasgos faciales.
La misma encuesta detalla que las personas afrochilangas ocupan el séptimo lugar entre los grupos más discriminados de la Ciudad de México y seis de cada 10 personas encuestadas declararon percibir que a la gente afro la discriminan mucho.
Al respecto, la presidenta del Copred, Geraldina González de la Vega, dijo en entrevista que la discriminación racial sucede desde hace siglos y que las personas afro han sido sistemáticamente borradas de la narrativa oficial, de las políticas públicas y de la historia nacional.
“Se niega que exista el racismo en México bajo la idea de que todos somos mestizos y esto sirvió como ideología de control social y terminó por invisibilizar tanto a pueblos indígenas como a personas afrodescendientes”, afirmó.
Scarlet Estrada recordó que esta invisibilización histórica se reflejó en su educación y provocó que desconociera el propio origen de su familia y desconocimiento de sus propios rasgos.
“Crecí sin saber que era afrodescendiente. Crecí sin saber mis raíces. Sin embargo, siempre hubo personas que me señalaban que yo no era igual a los demás por mi cabello o mis rasgos. También crecí con la idea de ‘mejorar la raza’, con la idea de que debes casarte con una persona blanca para que tu descendencia sea mejor, o sea, blanca”, señaló la activista.
La joven recordó que de niña, por su cabello y rasgos faciales, otros menores le ponían apodos y lanzaban comentarios racistas.
González de la Vega mencionó que otro de los patrones de discriminación más persistentes contra mujeres afrodescendientes, incluso aquellas nacidas en México, es la presunción de extranjería, una práctica que también impacta el acceso a derechos básicos.
De acuerdo con la funcionaria capitalina, persiste la idea errónea de que “en México no hay personas afrodescendientes”, lo que provoca que caiga en prácticas de perfilamiento racial tanto en tiendas de autoservicio como en actuaciones policiales, donde la apariencia física es tratada como un supuesto indicio de criminalidad.
Como ejemplo, Valeria Angola compartió que, reciente, un guardia de seguridad de un supermercado la siguió hasta la calle acusándola de haber robado un desodorante, a pesar de que ella le mostró el ticket de compra.
“Yo le dije al guardia que no me había robado nada, que yo pagué todo y quería revisar mi bolsa, entonces yo agarré el ticket, me descompuse y le grité, se lo arrugué y se lo tiré en la cara y me largué. Les puse una queja ante Copred y tuve una conciliación con la tienda. ¡Sí sirve denunciar, denuncien! Ser afro es una cuestión política”, recalcó la joven.
González de la Vega señaló que el Copred cerró 2024 con cerca de dos mil atenciones, de las cuales alrededor de 10 por ciento derivó en un expediente por discriminación, lo que equivale a aproximadamente a 250 casos en un año.


