En 1968, Helen Escobedo y Ángela Gurría se convirtieron en las primeras escultoras mexicanas en formar parte de un proyecto de arte público nacional con repercusión internacional al ser invitadas a formar parte de la Ruta de la Amistad. La primera con Puertas al viento, una pieza de 17 metros de altura; y la segunda, con Señales. Un hecho que fue un parteaguas para ambas.
Lo anterior es el punto de partida de la exposición “Pensar lo escultórico, habitar lo público: Ángela Gurría y Helen Escobedo”, en el que la galería Proyectos Monclova, a través de 70 piezas explora por primera vez el trabajo de ambas artistas. Se muestran maquetas para proyectos monumentales que llegaron a materializarse o que quedaron en el tintero, hasta obras en pequeño y mediano formato.
- El Dato: El trabajo de Ángela Gurría destaca por su conexión con la naturaleza y los materiales. Helen Escobedo centró su producción en la relación entre arte y ciudad
“Queríamos revalorarlas y mostrar también sus diferentes perspectivas, además de lo que las une. Por un lado, Ángela Gurría concibió el arte público en lo colectivo. Para ella era muy importante que a la hora de crear una obra monumental se involucraran muchas personas. Por otro lado, Helen Escobedo pensaba más en cómo una escultura monumental puede habitar la ciudad. Estaba pensando ella en un espectador dinámico”, comentó a La Razón Vera Castillo, encargada de comunicación y prensa de Proyectos Monclova, galería ubicada en la Ciudad de México.
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La muestra también refleja cómo para ambas los distintos materiales que usaron les permitieron explorar sus diversas inquietudes artísticas, ya sea con la plata, el hierro forjado y el hierro laminado, la cantera y el concreto.
De Ángela Gurría se encuentran la maqueta para Río Papaloapan (1970), cuya escultura pública se encuentra actualmente a las afueras del Museo de Arte Moderno en la Ciudad de México, o la maqueta para México monumento al mestizaje (1973-1974), con su contraparte monumental ubicada hoy en Paseo de los Héroes, en Tijuana, Baja California. Además de la maqueta del Monumento a los trabajadores del drenaje profundo (1974), elaborada con yeso y metal y cuya escultura monumental formó parte del Museo del Drenaje –hoy inexistente– en la Ciudad de México.
Mientras que de Helen Escobedo las maquetas de Elegía negra (1979-2009) y Torres desfasadas (1979-1980), proyectos que no se concretaron a escala monumental. Además de la maqueta de la emblemática Coátl, que se encuentra en el Espacio Escultórico de Ciudad Universitaria de la UNAM, en la cual evocó a la serpiente típica de la zona del Pedregal.
“Lo más importante de la exposición es mostrar todos los distintos materiales con los que trabajaron. En el caso de Ángela Gurría, dicta mucho la forma. Mientras que Helen Escobedo le da más preponderancia a la forma y, en función de ésta, elige el material. Por ejemplo, en Coátl hay una idea de abstracción geométrica de la serpiente y decide utilizar un material que le permite lograr eso”, detalló Vera Castillo.
También a través de los dibujos y maquetas que se presentan es posible conocer el proceso creativo de ambas artistas, quienes han sido clave para entender el arte público en México.
“Toda esta exposición tiene que ver con el proceso de trabajo. Las esculturas monumentales las ves como en la ciudad, pero aquí es observar los procesos creativos”, destacó.
En la muestra también se pueden observar símbolos que fueron parte importante de la obra de las escultoras, como las mariposas y calaveras de Ángela Gurría.
“Pensar lo escultórico, habitar lo público: Ángela Gurría y Helen Escobedo” estará abierta al público hasta el 23 de agosto.
“Pensar lo escultórico, habitar lo público Ángela Gurría y Helen Escobedo”
Cuándo: hasta el 23 de agosto
Dónde: Proyectos Monclova (Lamartine 415, Polanco)
Horarios: lunes a viernes de 10:00 a 18:00 horas; sábados 11:00 a 16:00 horas
