Han pasado más de diez años desde que Severin Fiala y Veronika Franz tomaron por sorpresa al mundo con el estreno de Goodnight Mommy, colocándose de inmediato en la lista de nombres a los que había que ponerles atención en la entonces nueva corriente del cine de terror a nivel mundial. Después de ganar el Premio a Mejor Película en el Festival de Cine de Sitges y de participar en otros encuentros cinematográficos con su nueva cinta, El baño del diablo, los cineastas austriacos tienen todo listo para estrenarla en México.
En entrevista para La Razón, los directores y guionistas Severin Fiala y Veronika Franz hablaron de su perturbadora historia de folk horror y revelaron que empezaron a desarrollar esta película tras descubrir que en el siglo XVIII en Europa la depresión afectó a mujeres que querían acabar con sus vidas y no lo hacían por miedo a irse al infierno, entonces cometían asesinatos para someterse a una ejecución pública y así morir teniendo el perdón de Dios, además de que su depresión era considerada una enfermedad del diablo.
- El Dato: En el siglo XVIII a las mujeres que padecían depresión, al no tener un diagnóstico, comúnmente se les relacionaba con la histeria, la locura y la maldición.
“Esta historia nos encontró. En un podcast escuchamos que una historiadora habló del suicidio por poder en el siglo XVIII, que es como si te suicidaras matando a otra persona, porque te ejecutan por eso. Comenzamos a pensar en la inmensa presión que la sociedad ponía sobre las personas para hacer que cometieran un crimen atroz sólo para liberarse de sus vidas y la carga que tenían; entonces supimos que queríamos hacer una película sobre eso, pero nos llevó mucho tiempo descubrir cómo hacerla”, contó Severin Fiala.

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“Fue muy intrigante darnos cuenta de que nunca habíamos oído hablar de eso y nos preguntábamos por qué nadie sabe de este fenómeno, la respuesta era que la ciencia en esa época no estuvo realmente interesada en las mujeres durante mucho tiempo y que además al ser gente pobre la mayoría afectada en esos casos tampoco se interesaban por ellos en esa época”, complementó el realizador.
Ambos directores no conocían nada del tema, así que enseguida se pusieron en contacto con la historiadora para profundizar en esos casos. Con ese material comenzaron a trabajar en la película.
“En realidad no sabíamos nada sobre estas mujeres del siglo XVIII que cometían asesinatos porque querían morir y no querían suicidarse, ni sabíamos que esto había pasado en Austria y otras partes de Europa. Nos sorprendió mucho descubrir esto”, compartió Veronika Franz.
La cinta, destacó Fiala, no buscaba hablar del pasado, sino traer ese tema para abordar temáticas que atraviesan las mujeres en la actualidad.
“Hicimos una película sobre las mujeres, la depresión y el dogmatismo de cualquier tipo. No queríamos hacer una película de época que sólo hablara del pasado, tratamos de hablar del presente y muchos de los temas que abordamos se reflejan en nuestros tiempos modernos. En nuestra historia, la sociedad espera que la protagonista se convierta en madre, así que ésa es una presión que ella siente, intenta ser perfecta y está desesperada por cumplir con lo que la sociedad le pide”, señaló Fiala.
La producción, que trata temas relacionados con la salud mental y la desesperación humana, es una muestra de cómo el género del terror puede funcionar como una herramienta para contar una historia de drama, destacando en este caso ciertos elementos para perturbar e impactar.
“Me gusta que las películas de terror siempre tratan de monstruos, pero no siempre tienen que ser demonios, puede ser tu madre, un miedo a algo o puede ser muchas otras cosas. Las películas de terror siempre tienen un trasfondo psicológico y siempre tienen algo de profundidad. Realmente nos desafían y, como cineastas, nos gusta que las historias nos reten. También nos gusta desafiar a la audiencia”, dijo Franz.
Para Fiala, los personajes de sus filmes tienen en común vivir algo “horrible o espeluznante”. “Nadie en Austria o en los países donde se hacen películas de autor las vería si no fueran de terror. Creo que si hacemos una película sobre personas que están deprimidas, pasan el día tumbadas en la cama y matan niños, y no es una película de terror, a la gente le costaría decidir ir al cine y verla; a las personas nos gusta ver películas de terror”, comentó el director de El baño del diablo, que se estrena en cines mexicanos el 13 de marzo.
