David González Ladrón de Guevara nació con Síndrome de Miller, una inusual condición genética que produce discapacidad motriz y auditiva, sin embargo, al ser parte de una familia de músicos y al crecer admirando a su padre, el reconocido pianista y compositor José Luis González Moya, su condición no le impidió aspirar a convertirse en pianista profesional y lo ha logrado a pesar de tener muchos obstáculos en su contra. Con una carrera avanzada, David enfrentó su mayor reto en la música al estrenar el Concierto para Piano a 8 Dedos con orquesta, una pieza que su papá compuso especialmente para él.
El proceso de David para convertirse en el pianista que es ahora se capturó en el documental Concierto para otras manos bajo la dirección del mexicano Ernesto González Díaz, quien tras conocer a su protagonista se interesó por llevar la poderosa historia de este a la pantalla. En entrevista con La Razón, el realizador contó que durante su infancia y adolescencia estudió piano, lo que años más tarde generó en él la inquietud de hacer un proyecto relacionado a pianistas.
- El Dato: la película ganadora de una Diosa de Plata a Mejor documental, dura 79 minutos y está disponible en la Cineteca Nacional y en La Casa del Cine, en español e inglés.
“Un amigo conoció a David y sus papás, ellos buscaban a alguien que les ayudara a registrar en video un concierto que iban a presentar. Mi amigo, al saber que me interesaba el tema, me contactó con ellos”, reveló sobre el primer contacto que tuvo con los protagonistas.

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Agregó que para él fue “muy poderoso” apreciar a David tocando el piano debido a que posee características que no había visto en otra persona. Además, dijo que notó que el joven tenía una técnica musical única y que le pareció muy interesante que su padre fuera su maestro. “Esa relación de padre e hijo fue lo que me terminó de atrapar y me hizo ver que ahí había una historia muy interesante que tenía que contar”, compartió.
- El Tip: el pianista originario de Guadalajara, David González, tiene manos pequeñas de cuatro dedos y una audición limitada.
Comentó que, al iniciar el proyecto, tenía claro que no quería crear una película sobre la discapacidad: “Tanto para mí como para mi equipo de colaboradores, era muy importante no caer en una representación desde la condescendencia”. Su propósito era contar una historia humana, dijo, y un punto que facilitó esa labor fue que David “es muy seguro de sí mismo y, aunque es consciente de que luce distinto a otras personas, él se ve a sí mismo como una persona más, con diferentes matices”, explicó el director.
“Para nosotros era importante retratar a una persona que es un artista y hace las cosas un poco diferente a la mayoría, cuando escuchas su música te llega y te conmueve, eso para mí era lo principal”, declaró.
También afirmó que consideraron que, para que el público conectara con la historia de David y José Luis, tenían que adentrarse en su cotidianidad y hacer que los espectadores se vieran reflejados en los desayunos de familia o discusiones de padres e hijos. “Esas cosas cotidianas eran la llave para entrar a la vida de la familias, representarla en la película y lograr que otras personas conectaran con su historia”, señaló a este diario.
Ernesto González Díaz expresó su alegría por grabar el concierto de David dentro del Teatro Degollado pues, dijo, fue de las de las partes más satisfactorias. Pero reconoció que fue un reto debido a que se encontraban en el teatro más emblemático de Guadalajara y contaron con la participación de la Orquesta Filarmónica de Jalisco, una de las más destacadas del país. “Supimos que era un momento dramático muy importante en la película. Teníamos que hacerle justicia, debíamos lograr que luciera y nos dejamos ir con todo”, finalizó.

