Ópera prima de Pierre Saint-Martin

No nos moverán, un thriller a la mexicana

La película toma el 68 para desarrollar este thriller con toques de humor; se presenta en la 77 Muestra Internacional de Cine

Luisa Huertas y Pedro Hernández forman parte del elenco de No nos moverán.
Luisa Huertas y Pedro Hernández forman parte del elenco de No nos moverán. Foto: Especial

La película No nos moverán retrata la historia de una mujer de la tercera edad obsesionada con encontrar y castigar al soldado que participó en la detención y muerte de su hermano, durante la masacre perpetrada por órdenes del Gobierno, el 2 de octubre de 1968, en Tlatelolco. Hay aspectos en la actualidad de su protagonista que apenas y se bosquejan, restándole cierta verosimilitud.

Sin embargo, es el claro entendimiento como testimonio histórico del hecho al que refiere, no sólo para encontrar la motivación de una vengadora improbable, sino para reconvertirlo a través de la mezcla del drama doméstico con el uso de algunos códigos visuales provenientes del cine policiaco —dígase planos a detalle y perspectivas furtivas sumergidas en las sombras—. Ello, pese a ser irregular en sus seductores hallazgos, funciona perfecto a la hora de contextualizar en la Ciudad de México un envolvente thriller con entrañables toques de humor, cortesía de un sidekick barriobajero, quien, sin caer nunca en el chiste fácil o el lucimiento per se, nos recuerda lo humano detrás de lo que a simple vista pudiera parecer un absurdo.

Luego, el uso del blanco y negro en esta filmación es algo más que un simple efectismo o una herramienta para alcanzar la uniformidad estética. Es una representación de ese momento de dolor que permanece atrapado en el tiempo, mimetizándose con el rencor y el remordimiento, encapsulando a aquél que se involucre directamente con quien lo mantiene latente.

Frame de "No nos moverán"
Frame de "No nos moverán" ı Foto: Especial

Así se le da sentido a la aparición de figuras como el otrora mentor, que funge ahora como apoyo en la información y los contactos, el licenciado corrupto, e incluso un peculiar sicario.

A lo anterior hay que agregar que, mientras el relato se encamina a poner a prueba el temple del ciudadano de a pie decidido a actuar al margen de la legalidad en busca de justicia, le otorga matices a quienes terminan siendo antagonistas, dejándoles caer el peso de la culpa, y empujándoles a hacer conciencia de que la posibilidad de ir pueda acceder a la redención es cada vez más lejana, amén de ofrecer pasajes donde la sororidad entre mujeres de distintas edades se hace presente.

No nos moverán, película que llega dentro de la edición 77 de la Muestra Internacional de Cine en la Cineteca Nacional, es una muy disfrutable invitación a no perder de vista el trabajo del joven director Pierre Saint-Martin, quien aquí presenta su ópera prima tras participar en el montaje de producciones como la muy apreciada El sueño del Mara’akame (2016).