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La carga más preciada, una cinta animada que muestra los horrores de la Segunda Guerra Mundial

“La carga más preciada” sigue a una pareja que, durante la Segunda Guerra Mundial, adopta un bebé abandonado en el bosque; la cinta animada ya se encuentra disponible en las carteleras mexicanas

"La carga más preciada", de Michael Hazanavicius.
"La carga más preciada", de Michael Hazanavicius. Foto: Facebook, @Cinemex

Desde que la Segunda Guerra Mundial llegó a su fin, Auschwitz fue uno de los lugares que comenzó a verse cobijado por lo que se conoce como negacionismo, una teoría de conspiración impulsada por diversos grupos antisemitas y neonazis, quienes, en la búsqueda de justificar o “minimizar” las atrocidades cometidas por el ejército alemán bajo las órdenes de Adolf Hitler, incluso lograron que se modificaran los datos oficiales del número de personas ejecutadas en dicho lugar.

Sin embargo, el bajar de cuatro millones a un millón y medio la cantidad de víctimas reconocida oficialmente no disminuye el nivel de la infamia cometida. Es eso precisamente lo que, entre otras cosas, consigna “La carga más preciada” de Michael Hazanavicius —"El artista" (2011)—, producción animada sobre una pareja de leñadores que, durante el ya mencionado conflicto, adopta un bebé abandonado en el bosque; al cerrar su discurso con frases que ironizan sobre quienes dicen que el holocausto no existió como tal, sentenciando así que no importa cuánto traten de negarlo, la evidencia documentada es terriblemente apabullante y su eco de doloroso reclamo es inextinguible.

Pero además, el que, a modo de cuento tradicional europeo, y a pesar de reservarse secuencias espeluznantes sobre lo sucedido al interior de los campos de concentración, otorgándole un nuevo significado a la pintura “El grito” de Edvard Munch al usarla de referencia para los trazos exacerbados del gesto congelado de los rostros de las personas sistemáticamente asesinadas que se multiplican suspendidos en la oscuridad; se mantenga en todo momento fiel en su afán de contar la historia de aquellos que se arriesgaron para salvar la vida de otros, no hace sino ampliar el alcance de la pesadilla, acentuando la brutalidad de los hechos y enalteciendo el valor del sacrificio.

Lo mismo sucede con los niveles de virtuosismo que alcanzan las visiones de escenarios boscosos con árboles extendiéndose como grietas perdiéndose en la blancura de la nieve, representando la asfixiante desolación, y cuya bruma espectral se levanta conjugándose con el humo que sale de las chimeneas de hornos construidos para consumir cuerpos humanos, materializando así en la pantalla un aliento de muerte al estilo de los difuminados del artista francés Gus Bofa, mientras deambulan las figuras de los protagonistas definidos con firmes trazos de sobrio estilo realista, desarrollados a partir de los bosquejos realizados por el propio director.

La austeridad de diálogos, cediendo ante la elocuencia de acciones concretas pero muy significativas, y musicalizadas con el dramatismo salpicado de toques folk obra de Alexandre Desplat, que ilustran la vida de miseria bajo la inclemencia del clima y la sombra del fascismo, le otorga el completo protagonismo a los sentimientos, delineando con mustia certeza la génesis de vínculos básicos de empatía que se imponen ante los prejuicios y el miedo.

Queda solo como apunte el aire de bestia casi mítica que en principio le otorgan al tren donde conducen a los prisioneros, pero no así su oscura presencia que funciona como temible marcador de las jornadas de desesperanza. Esta adaptación del libro “The Most Precious of Cargoes” de Jean-Claude Grumberg, con sus contrastes y pretensiones visuales, puede hacerle un poco de ruido a quienes gustan de enfoques más conservadores con respecto al tema, pero sin duda es un pasaje fílmico de recalcitrante y cautivadora amargura que consigue un necesario y sugestivo encuentro con los estragos del odio, así como un recordatorio de la fuerza del espíritu humano que se impone al lado más oscuro y bajo de su naturaleza.

La carga más preciada” ya se encuentra en cartelera y puedes aprovechar para ir a la Cineteca Nacional para ver la muestra dedicada al filme.

cehr

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